Canta bien la cumbia y me gusta mucho
Canta bien la cumbia y me gusta mucho

Shirley (Los Olivos, 25). Doctora, puse los ojos en la persona menos indicada. Cuando al fin la fama le sonrió, Cristhian, mi enamorado y aspirante a estrella de cumbia, no tuvo reparo en abandonarme. Lo conocí en el Huaralino (¿Lo conoce? Debería ir, es un lugar divertido) donde fui para celebrar el cumpleaños de una querida amiga. La orquesta hacía bailar a los presentes -incluso a mí- y de pronto lo vi ahí, en el escenario. Cristhian, quien cantaba las más pegagojas cumbias, no dejaba de mirarme.

El flechazo fue instantáneo. ¡Tiene que verlo, doctorcita! ¡Es guapísimo! En fin, cuando acabó su presentación, y sin rodeos, fue directo a conversar conmigo. Su seguridad solo hizo que aumentara mi interés por él. Con solo dos meses de salidas, Cristhian me pidió que sea su enamorada y obviamente acepté. Siempre me contaba que tenía el sueño de formar su propia orquesta de cumbia y un deseo por ser conocido. Le fascinaba la fama. Un día sus plegarias fueron escuchadas y desde entonces no tengo paz. Tras regalar un buen show, ambos conversábamos tranquilamente en el local, cuando de pronto un señor se sentó a su lado y le pidió hablar a solas con él. Ese hombre, quien se presentó como representante artístico, le dijo que, por su gran talento, sería el próximo Deyvis Orozco. Doctorcita, no es que no crea en su vena artística, pero ese sujeto promete muchas cosas. Además de presentarse en “escenarios más prestigiosos”, ha cambiado su ropa, amigos y, desde hace poco, a mí. Su asesor le aconsejó mantenerse soltero para tener más seguidoras. Ayúdeme, doctora.