Casos del Corazón: Una noche de copas cambió mi vida
Casos del Corazón: Una noche de copas cambió mi vida

Por: Magaly moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Andrés (Cercado de Lima, 35). La verdad, doctorcita, mi mente borró cassette. Algunos dicen que la pasé de maravilla con Marisol, pero solo sé que esa noche tomé hasta la última copa en esa cantina. El problema es que estoy casado desde hace cinco meses. Mi gusto por el licor ha incrementado exponencialmente en las últimas semanas. ¿Sabe por qué? Tengo un problema en la cama y ahogo mis penas para olvidar.

En serio, amo a Laura y ahora me culpo por un placer fugaz con Marisol. Doctora, en mi noche de bodas no cumplí con mi deber de esposo. Creí que era por los nervios de que iba a tener un momento especial. Pero no fue así. Son tres meses que intentamos y nada. Siempre fallo. Después de trabajar, iba a los bares de Cercado de Lima en compañía de mis amigos.

Allí tuve muchos romances y, contradictoriamente, no se presentó ningún problema con mi desempeño sexual. Al creer que la solución era la bebida, me presenté “picado” ante mi mujer y nada. Me desesperé. Empecé a odiarla y quererla a la misma vez. Yo también me detesté. Me ausenté por unos días y me fui a los brazos de Marisol.

Estaba muerto en vida sin mi esposa y lo peor es que ya se enteró de mi desliz debido a un bochornoso espectáculo que protagonicé cerca a mi casa. Ya se imaginará: los chismes corren. Ahora ella no me deja regresar a nuestro hogar y solo envía a su abogado para tramitar el divorcio. Entiendo que cometí una gran equivocación, pero quisiera que me perdone. ¡Errar es humano, doctora!

OJO CONSEJO:

Andrés, entiende que no es no. Ella está en todo su derecho de negarse a retomar la relación. No debes insistir más. La vida es así. 

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