Casos del Corazón: Yo quería hacer un amarre

Heidy (29, San Luis). Doctora, cuando él llegó a mi vida todo mis problemas se quedaron en el pasado.

Mateo, mi novio, era lo que siempre estuve esperando. Nos conocimos en el trabajo. Yo era secretaria de un bufete de abogados en San Isidro. Él entró como practicante y le iba muy bien. Recuerdo que solía quedarse hasta tarde en la oficina revisando documentos y haciendo papeles. Un día tuve la oportunidad de acercarme a él y conversar por varias horas. No pasó mucho para formar una linda amistad.

Con el tiempo nació la atracción, había un fuego entre ambos que era evidente con tan solo mirarnos. Después de largos meses de coqueteos y salidas secretas formalizamos por fin nuestra relación.

Después de algunos años de buenos momentos y experiencias compartidas, mi único deseo fue esperar a que Mateo me propusiera matrimonio. Una tarde en el trabajo, él se ausentó durante el almuerzo, una situación que me pareció un poco extraño. 

Luego de algunas horas de no saber nada de él, se apareció con un enorme ramo de flores y una música bonita en mi oficina y me propuso matrimonio. Mi respuesta fue inmediata y clara, sí acepté ser su mujer. Cuando realizaba los preparativos, un amigo mío me contó que si no quería separarme de él y tener una vida de casados próspera y eterna, ambos debíamos ir donde un chamán para que nos hiciera un amarre, de esta manera el hilo rojo del destino jamás se rompería. 

Doctora, yo realmente quería hacerlo, total, nos amamos. Sin embargo, cuando le conté mi plan, Mateo estalló de cólera y me dejó con la duda de no saber si aún tiene la intención de casarse conmigo. ¿Qué debo hacer?

OJO CONSEJO:

No debes guiarte por esos consejos. No dejes que nadie interfiera en sus sentimientos, sobretodo si se trata de planes macabros que puedan poner en peligro el amor.