Dice que soy un pecado para él
Dice que soy un pecado para él

Susan (19, Ate). Doctora, jugué con fuego. Estudio Lingüística en la universidad y estoy cursando el segundo año. No suelo tener problemas familiares ni amorosos. En realidad, yo nunca he tenido enamorado, ni una relación que se le asemeje. Considero que mi vida está tranquila así. Pero hace un año nos cambiaron de profesor para un curso que llevamos dos veces por semana, y en ese momento empezó mi idilio.

Este nuevo maestro era más joven, a mi parecer. Inmediatamente quedé flechada y en mi inexperiencia empecé a entablar conversación con él fingiendo que no sabía sobre la materia, cuando era todo lo contrario, y le pedía ayuda. Incluso, iba a buscarlo fuera del horario de clases. No sé por qué hice eso, yo siempre lo vi como un juego. A los tres meses, regresó el profesor antiguo porque él, Jaime, era solo un reemplazo temporal. Después de esto, un día lo busqué en Facebook y lo agregué. Él reconoció quién era y me aceptó. Así empezamos a hablar todos los días, por las noches. Tenía 31 años y era un apasionado de la literatura. De a pocos entablamos una rara relación de amistad. A veces él me preguntaba por mi vida sexual de manera muy disimulada. Después de tres meses de conversaciones diarias, me enteré de que estaba casado con una profesora con la que alguna vez llevé un curso. Tenía mellizos con ella. Cuando se lo pregunté, no negó a sus hijos, pero al hablar de su mujer sabía muy bien cómo desviar el tema. Ahora me insiste para salir. Yo no sé qué pensar, se porta muy lindo conmigo y me aconseja, pero también ha dicho que soy un pecado para él.