Lo dejé, pero no lo puedo olvidar
Lo dejé, pero no lo puedo olvidar

GRACIELA (27, San Luis). Pensé que podría olvidar a Bruno, pero por el contrario cada día lo deseo más, quisiera que se encuentre a mi lado, me bese con pasión y me diga cuánto me quiere.
Terminamos hace dos meses porque me engañó no una sino tres veces, con diferentes mujeres y yo no podía tolerar una situación así. Lo perdoné a la primera, dejé pasar la segunda ocasión, pero a la tercera, como se dice, fue la vencida y lo dejé.
Todas mis amigas aplaudieron mi decisión y me dijeron que obraba muy bien, sin embargo, no duró una semana cuando ya quería volver a los brazos de Bruno.
Y es que él me hacía delirar, doctora, me trataba como a princesa. Cuando teníamos veladas de intimidad yo quedaba eclipsada, perdida en el limbo, cabalgando las estrellas. Sus besos y caricias me estremecían y cuando era suya quedaba realmente loca de placer, exánime pero feliz.
Ahora, todos esos buenos momentos, se acabaron, doctora. Sorprendí a Bruno con su tercera amante y mi orgullo no lo toleró más. Por eso lo mandé a rodar.
Tengo que ser fuerte de voluntad, me digo, pero mi cuerpo clama por las caricias de Bruno. Quisiera llamarlo, vernos otra vez, que me bese, me desnude y me haga suya.
Por eso, doctora, espero que me brinde un consejo para poder paliar esta situación que me tiene mal y al borde del colapso.
Yo no puedo permitir que regrese a mi lado, después de la forma cómo me humilló, se burló de mí. Mi corazón y mi mente se niegan a perdonarlo, pero mi cuerpo lo desea a gritos, y mi boca reclama sus besos.