Su "oficina" eran los semáforos
Su "oficina" eran los semáforos

Por: Magaly moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Romina (29, Cercado de Lima). Estoy realmente sorprendida por lo que me acabo de enterar, querida doctora. Nunca imaginé que el hombre que amaba y en quien confiaba ciegamente, me ocultaba su verdadero oficio. Cuando lo conocí se presentó ante mi familia como un tipo emprendedor y de negocios. Pero el tiempo me acaba de revelar la verdad.

Un día como cualquier otro, tras dejar a los niños en el colegio y a mi marido en su dizque oficina, me encaminé a hacer mi trabajo diario. Soy taxista y por ello conozco gran parte de Lima. Antes de volver para el almuerzo, me salió una carrera para el Centro de Lima. La acepté, ya que quedaba muy cerca de mi casa. 

Tras estar atorada unos minutos en la Av. Abancay, me quedé observando un pequeño acto improvisado. Al principio me causó mucha gracia, pero cuando quise entregarle unas monedas a las personas por el show, las palabras no pudieron salir de mi boca. Me quedé totalmente sorprendida, mi marido era quien hacía el espectáculo. Las luces del semáforo cambiaron y él no se llegó a percatar de mi presencia.

En la noche le pregunté por su día en “la oficina”. Me dijo que estuvo bien, pero cansado. Reiteradas veces he vuelto a ir al Centro de Lima pero sin mi auto por miedo a que me reconozca. No sé qué hacer. Pienso que si me engaña con esa labor, ¿qué cosas más me ocultará? Quizá tenga otra familia. No sé qué hacer doctora, me da miedo que mis hijos lo descubran.

OJO CONSEJO:

No se puede juzgar un trabajo si es honrado. No obstante, la falta de confianza es el problema. Habla con él de manera tranquila y sin recriminaciones.

No se puede juzgar un trabajo si es honrado. No obstante, la falta de confianza es el problema. Habla con él de manera tranquila y sin recriminaciones.