Yo preso y ella me pone los cuernos
Yo preso y ella me pone los cuernos

Por: Magaly Moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Raúl (26, San Juan de Lurigancho). Doctora, le escribo esta carta porque necesito de su ayuda. He sido un joven de mal vivir desde la adolescencia. Me dedicaba a robar hasta que conocí a Ruth, mi esposa, cuando tenía 21 y ella 17. Después de ser enamorados por un tiempo, decidí que se mudara a mi casa. Sinceramente, me enamoré perdidamente de ella.

Con el fin de recuperar mi honor cambié mis hábitos y trabajé honradamente. Sin embargo, volví a las andanzas para darle los lujos que ella merecía. Con el tiempo, Ruth salió embarazada, pero mi hija nació mal y Diosito se la llevó. Ella decidió separarse de mí y se fue de la casa para vivir con su tía en El Agustino. Yo estaba perdido, quise quitarme la vida con un cuchillo y no paré hasta llegar al hospital.

Tiempo después, ella volvió a mí y la felicidad no me cabía en el pecho. Salió nuevamente embarazada y esta vez mi hijo estaba sano.

Pasaron unos años y me arrestaron por robo agravado. Durante unos meses mi mujer me visitaba para darme apoyo. Ella prometió esperarme. Sin embargo me he enterado por unos familiares que está saliendo con otro y que dejó la casa y mi hijo está desamparado. 

Doctora, estoy furioso. La amo, pero no quiero ser un estúpido. Me sigue visitando al penal y quiere que la perdone. Estoy seguro que lo hace porque el canalla con el que me sacó la vuelta la ha dejado por otra mujer más joven. Señora Moro, como ya le conté, amo mucho a mi mujer, pero mi dignidad como hombre está en juego. No quiero que me tilden de “cachudo”, aunque quiero perdonar a mi Ruth.

OJO CONSEJO:

Esto no tiene que ver con la hombría. Toma una decisión enfocada en el bienestar de tu hijo y en lo que tú sientes. Recuerda que perdonar es olvidar.

Esto no tiene que ver con la hombría. Toma una decisión enfocada en el bienestar de tu hijo y en lo que tú sientes. Recuerda que perdonar es olvidar.