Lurín: Laguna de oxidación colapsa arrasando con casas y fábricas [FOTOS]
Lurín: Laguna de oxidación colapsa arrasando con casas y fábricas [FOTOS]

La noche del pasado jueves, mientras millones gritaban los goles peruanos contra la selección Argentina de fútbol, al sur de Lima, en el kilómetro 40 de la Panamericana Sur, exactamente en , miles de pobladores veían impotentes cómo fábricas, negocios y viviendas eran arrasadas por el desborde de las aguas residuales de una de las cuatro lagunas de oxidación de la planta de tratamiento de Nuevo Lurín, ubicada en un terreno en disputa entre la Asociación Súmac Pacha y el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima (Sedapal), que ante este lamentable suceso no asumen ninguna responsabilidad.

Enfrentados. Para Antonio Angulo, gerente de Asuntos Legales y Regulación de Sedapal, este acto es entera responsabilidad de los pobladores de Súmac Pacha. “Sedapal tomó todas las medidas preventivas para que esto no ocurra. Si sucedió es porque la gente de Súmac Pacha, dirigida por el señor Diosdado Navarro, han rellenado con tierra parte de una de las lagunas de oxidación, originando su desborde”, señala el funcionario.

“Esta acción la han hecho para amedrentarnos porque estamos saliendo en los medios. Hace dos días nos enviaron una carta notarial dándonos un plazo de 15 días para vaciar el agua de las lagunas y lo que ellos han hecho es adelantarse a ese plazo”, enfatizó Angulo, agregando que se interpondrá una denuncia penal al presidente de la Asociación Súmac Pacha.

Sin embargo, Diosdado Navarro, máximo dirigente de Súmac Pacha, tiene una versión de los hechos completamente distinta. “Nosotros no hemos colapsado la laguna, sino Sedapal al no cumplir negligentemente el mandato judicial que les prohíbe verter agua residual en las lagunas, porque iba a rebalsar su capacidad. Han seguido bombeando y rebasó el agua afectando las viviendas de la asociación”, enfatizó.

“Nosotros no estamos prohibiendo el ingreso a Sedapal, solo estamos acatando una medida cautelar que les prohíbe operar las lagunas”, culmina Navarro, quien señala que ha intentado conciliar con la empresa prestadora de servicios de agua, pero hace oídos sordos a su solicitud.

Malestar. Los que padecen las consecuencias de esta disputa, que tiene más de 18 años, son los vecinos de Súmac Pacha y Lurín, quienes no solo tienen que drenar el agua sucia que inundó sus casas, soportar el mal olor y ser víctimas de posibles infecciones, sino también el temor a que una situación similar se repita, debido a que la planta de tratamiento de aguas residuales no está siendo operada por Sedapal.

“El agua ha ingresado en nuestras casas y ha dañado nuestros muebles y artefactos. ¿Quién nos asegura que esto no volverá a pasar?”, se pregunta una vecina que vive entre el cruce de las avenidas Separadora e Industrial, donde la mitad de un carril de la pista se hundió debido a la humedad.

Sin embargo, la fábrica Vainsa fue la más perjudicada, debido a que es el lugar por donde el agua encontró su punto de escape e inundó los ambientes de las maquinarias, mercadería e incluso las instalaciones eléctricas subterráneas, que por carecer de empalme no generó un cortocircuito, con lo cual se evitó una tragedia mayor. “Quién asumirá todos los costos de este desastre se preguntan los vecinos”, expresó un poblador.

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