Con OJO crítico: Infierno sobre ruedas
Con OJO crítico: Infierno sobre ruedas

Qué tal cuajo el de Protransporte al decir que todo está consumado, que no hay forma de poner aire acondicionado o mayor ventilación en las cajas de sardinas en que se han convertido sus buses, y que el público se las arregle con las temperaturas por encima de los 35 grados que se registra a diario.

Eso, además de pésimo servicio, se llama insensibilidad, despreocupación por el usuario y, sobre todo, falta de previsión, porque todos sabemos que vivimos un inexorable cambio climático cuya principal consecuencia es el calentamiento global. La calle quema y estos buses arden.  

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