De la Rambla al Perú

 Guardando las distancias, el atentado del Estado Islámico en La Rambla, el corazón turístico de Barcelona, en España, debe llevarnos a la reflexión a todos los peruanos sobre los peligros del terrorismo en todos sus niveles.

Si bien aquí no tenemos pululando a los yihadistas y su salvaje accionar, sí convivimos con los remanentes de Sendero Luminoso, que conchabados ahora con el narcotráfico emboscan a cada rato a nuestros policías en el VRAEM.

Sin olvidar sus movimientos de fachada, entre ellos el Movadef, que lanzan coletazos y tratan de tener injerencia en la vida política nacional. Los vemos infiltrados, por ejemplo, en la huelga de los maestros y, eso, es tan nocivo para nuestra educación como el ataque del Estado Islámico para la seguridad de los españoles y de toda Europa.

Con este masivo atropello en La Rambla y otro en en el paseo marítimo de Cambrils, estos matarifes vuelven a dejar en claro que la vida no les importa nada y que seguirán utilizando el terror, el horror y la violencia para evitar que se imponga un mundo con libertades totales.

Y en el Perú, insisto, no podemos andar con la boca abierta señor Kuczynski porque, como alguna vez dijo la Dircote, a Sendero le hemos derrotado militarmente, policialmente, pero ideológicamente y políticamente sigue activo y con el cerebro en la Base Naval.

Y en el Perú, insisto, no podemos andar con la boca abierta señor Kuczynski porque, como alguna vez dijo la Dircote, a Sendero le hemos derrotado militarmente, policialmente, pero ideológicamente y políticamente sigue activo y con el cerebro en la Base Naval.