Donald Trump da primer golpe a terrorismo al matar a cabecillas
Donald Trump da primer golpe a terrorismo al matar a cabecillas

Al menos 41 presuntos milicianos terroristas de Al Qaida y 16 civiles, ocho mujeres y ocho niños, murieron este domingo en Yemen, en el primer ataque aéreo de gran envergadura atribuido a Estados Unidos en este país desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El bombardeo fue realizado a primera hora de la mañana por drones y helicópteros Apache en Yakla, en la provincia de Baida, en el centro de Yemen, indicó a la AFP un responsable provincial.
Fuentes tribales confirmaron este balance de 57 muertos, entre los que figuran saudíes y egipcios, y precisaron que algunas personas seguían bajo los escombros de casas alcanzadas por el bombardeo.
Drones y helicópteros Apache, armados con ametralladoras pesadas, atacaron objetivos de Al Qaida en una escuela, una mezquita y un dispensario, precisó este responsable que requirió el anonimato.
Por su parte, las fuentes tribales dieron cuenta de la participación de comandos y soldados estadounidenses en tierra.
El jefe local de Al Qaida, identificado como Abu Barazan y de nacionalidad extranjera, figura entre las personas muertas en la operación, precisó el responsable provincial.
En el ataque también murieron tres jefes tribales vinculados a Al Qaida: los hermanos Abdelrauf y Soltan al Zahab y Saïf Alawai al Jawfi, informaron fuentes tribales y locales.
En el pasado, otros dos hermanos de la familia Al Zahab habían muerto en ataques de drones.
Esta operación militar es la primera atribuida a Estados Unidos contra los yihadistas en Yemen desde que Trump asumió el cargo, el 20 de enero.
Durante la presidencia de Barack Obama, Estados Unidos incrementó el uso de drones contra sospechosos yihadistas en Yemen, así como en otros países, incluido Afganistán.

- Vacío de poder -
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Estados Unidos, único país que dispone en la región de drones capaces de ser utilizados en operaciones de ataque, considera que Al Qaida en la Península Arabiga (AQPA) es la rama más peligrosa de la red yihadista.
Pero Washington sólo informa esporádicamente sobre su campaña de operaciones en Yemen. El 14 de enero, el Pentágono dio cuenta del asesinato de un alto responsable de Al Qaida en Baida.
Al Qaida y el grupo yihadista Estado Islámico aprovechan el vacío de poder en Yemen creado por un conflicto que dura ya dos años entre el gobierno y los rebeldes chiitas hutíes, operando en particular en el sur y sureste del país.
La provincia de Baida está mayoritariamente controlada por los hutíes, pero Yakla está controlada por las tribus, y tiene al menos dos bases de entrenamiento para Al Qaida, según fuentes locales.
Las fuerzas leales al presidente Abd Rabo Mansur Hadi lanzaron ofensivas contra los yihadistas en el sur, pero éstos continúan activos en varias regiones.
En paralelo a la ofensiva de Estados Unidos contra los yihadistas, una coalición árabe-sunita liderada por Arabia Saudí respalda al presidente yemení Abd Rabo Mansur Hadi.
En marzo de 2015 lanzó una campaña de bombardeos aéreos después de que los hutíes, aliados de los partidarios del expresidente Alí Abdalá Saleh, conquistaran la capital y avanzaran hacia el sur de Yemen.
Desde entonces, más de 7.400 personas han muerto en Yemen, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según un coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, unos 10.000 civiles murieron en el conflicto.

Al menos 41 presuntos milicianos terroristas de Al Qaida y 16 civiles, ocho mujeres y ocho niños, murieron este domingo en Yemen, en el primer ataque aéreo de gran envergadura atribuido a Estados Unidos en este país desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
El bombardeo fue realizado a primera hora de la mañana por drones y helicópteros Apache en Yakla, en la provincia de Baida, en el centro de Yemen, indicó a la AFP un responsable provincial.
Fuentes tribales confirmaron este balance de 57 muertos, entre los que figuran saudíes y egipcios, y precisaron que algunas personas seguían bajo los escombros de casas alcanzadas por el bombardeo.
Drones y helicópteros Apache, armados con ametralladoras pesadas, atacaron objetivos de Al Qaida en una escuela, una mezquita y un dispensario, precisó este responsable que requirió el anonimato.
Por su parte, las fuentes tribales dieron cuenta de la participación de comandos y soldados estadounidenses en tierra.
El jefe local de Al Qaida, identificado como Abu Barazan y de nacionalidad extranjera, figura entre las personas muertas en la operación, precisó el responsable provincial.
En el ataque también murieron tres jefes tribales vinculados a Al Qaida: los hermanos Abdelrauf y Soltan al Zahab y Saïf Alawai al Jawfi, informaron fuentes tribales y locales.
En el pasado, otros dos hermanos de la familia Al Zahab habían muerto en ataques de drones.
Esta operación militar es la primera atribuida a Estados Unidos contra los yihadistas en Yemen desde que Trump asumió el cargo, el 20 de enero.
Durante la presidencia de Barack Obama, Estados Unidos incrementó el uso de drones contra sospechosos yihadistas en Yemen, así como en otros países, incluido Afganistán.

- Vacío de poder -
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Estados Unidos, único país que dispone en la región de drones capaces de ser utilizados en operaciones de ataque, considera que Al Qaida en la Península Arabiga (AQPA) es la rama más peligrosa de la red yihadista.
Pero Washington sólo informa esporádicamente sobre su campaña de operaciones en Yemen. El 14 de enero, el Pentágono dio cuenta del asesinato de un alto responsable de Al Qaida en Baida.
Al Qaida y el grupo yihadista Estado Islámico aprovechan el vacío de poder en Yemen creado por un conflicto que dura ya dos años entre el gobierno y los rebeldes chiitas hutíes, operando en particular en el sur y sureste del país.
La provincia de Baida está mayoritariamente controlada por los hutíes, pero Yakla está controlada por las tribus, y tiene al menos dos bases de entrenamiento para Al Qaida, según fuentes locales.
Las fuerzas leales al presidente Abd Rabo Mansur Hadi lanzaron ofensivas contra los yihadistas en el sur, pero éstos continúan activos en varias regiones.
En paralelo a la ofensiva de Estados Unidos contra los yihadistas, una coalición árabe-sunita liderada por Arabia Saudí respalda al presidente yemení Abd Rabo Mansur Hadi.
En marzo de 2015 lanzó una campaña de bombardeos aéreos después de que los hutíes, aliados de los partidarios del expresidente Alí Abdalá Saleh, conquistaran la capital y avanzaran hacia el sur de Yemen.
Desde entonces, más de 7.400 personas han muerto en Yemen, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según un coordinador humanitario de la ONU, Jamie McGoldrick, unos 10.000 civiles murieron en el conflicto.