La India inventa una APP solidaria para dar techo a los sintecho
La India inventa una APP solidaria para dar techo a los sintecho

Es casi medianoche cuando Anil Verma recibe un mensaje en su teléfono avisándole de que hay un sintecho en la zona vieja de Delhi, se sube en su furgoneta blanca y sigue la notificación enviada desde la aplicación de telefonía Rain Basera para encontrar al que será el próximo ocupante de su albergue.
Verma llega al lugar, se baja del vehículo ataviado con guantes de látex y una acreditación colgada al cuello que le identifica como coordinador de albergues nocturnos de la ONG SPYM.
Tras evaluar brevemente la condición del vagabundo los otros dos miembros del equipo le trasladan a la parte de atrás del vehículo y el conductor arranca hacia el refugio más cercano, notificando al usuario que mandó el mensaje que el hombre ha sido rescatado.
Cada noche Verma recibe mensajes de alrededor de 3.000 delhíes que ya se han descargado la app Rain Basera, lanzada en diciembre de 2015 por el gubernamental Consejo para la Mejora de Albergues Urbanos de Delhi (DUSIB).
La aplicación, que por el momento sólo funciona en Android y se puede descargar en la tienda virtual Google Play, captura automáticamente las coordenadas del lugar y envía la información al equipo de rescate a cargo de esa área.
"Cuando estás pasando por una carretera encuentras a una persona durmiendo, temblando de frío, así que simplemente te bajas del coche y haces una foto. La app coge la foto y la envía a las agencias de rescate", explicó a Efe el ingeniero jefe de DUSIB, S.K. Mahajan.
El usuario también puede trasladar a los mendigos en su propio vehículo, con información sobre los albergues más cercanos a su ubicación, agregó el técnico.
Además, puede desde denunciar un servicio deficiente en un albergue hasta donar mantas para los centros.
La idea nació de una aplicación similar lanzada por otro departamento del Gobierno delhí para que la población denunciase la presencia de basura, pero se enfocó en dar solución a miles de personas que cada noche duermen al raso en la capital india.
Organizaciones humanitarias calculan que en la ciudad hay entre 100.000 y 150.000 personas sin hogar, aunque Mahajan señala que en los últimos tres años su departamento no ha sido capaz de contabilizar más de 16.000 en una misma noche de invierno.
Entre octubre y marzo, cerca de una veintena de equipos de rescate patrullan las calles cada noche entre las 22.00 y las 4.00 rescatando no sólo a los sintecho reportados a través de Rain Basera y llamadas telefónicas sino también a los que se encuentran a su paso.
Desde su puesta en marcha hace algo más de un año ya ha registrado casi 700 reportes de sintechos, de acuerdo con cifras de DUSIB.
El número de rescates exitosos es, no obstante, algo menor. Según Mahajan, entre el 20 y el 30 % de los vagabundos rechazan ser rescatados por miedo a que otros les quiten sus puestos de venta o a perder donaciones de mantas que luego cambiarían por dinero o drogas.
En el interior del refugio al que llega Verma, una docena de sintecho yacen esparcidos sobre tres alfombra rojas que recorren la estancia, dejando entre medias un estrecho pasillo a cuyo fondo un viejo televisor muestra escenas de una película de acción tan antigua como el propio aparato.
Entre ellos está, Ibli Hasan, quien insiste en que tiene 20 años, a pesar de que su rostro y su mirada perdida delatan al menos un par de décadas más.
Lo que no oculta es la soledad de aquellos que viven como él, aunque él dice que es el más veterano de todos con 60 noches en el centro a sus espaldas.
Trabaja como peón de carga en bodas y eventos por entre 400 y 600 rupias al día (entre 6 y 9 dólares) y vuelve a Uttar Pradesh, su región natal, cuando reúne suficiente dinero de un salario que, dice, necesita para comer y no para alquilar una habitación.
"La gente aquí cambia todo el rato, uno se va y otro viene. No estoy con nadie, aquí vivo solo", dijo.

Es casi medianoche cuando Anil Verma recibe un mensaje en su teléfono avisándole de que hay un sintecho en la zona vieja de Delhi, se sube en su furgoneta blanca y sigue la notificación enviada desde la aplicación de telefonía Rain Basera para encontrar al que será el próximo ocupante de su albergue.
Verma llega al lugar, se baja del vehículo ataviado con guantes de látex y una acreditación colgada al cuello que le identifica como coordinador de albergues nocturnos de la ONG SPYM.
Tras evaluar brevemente la condición del vagabundo los otros dos miembros del equipo le trasladan a la parte de atrás del vehículo y el conductor arranca hacia el refugio más cercano, notificando al usuario que mandó el mensaje que el hombre ha sido rescatado.
Cada noche Verma recibe mensajes de alrededor de 3.000 delhíes que ya se han descargado la app Rain Basera, lanzada en diciembre de 2015 por el gubernamental Consejo para la Mejora de Albergues Urbanos de Delhi (DUSIB).
La aplicación, que por el momento sólo funciona en Android y se puede descargar en la tienda virtual Google Play, captura automáticamente las coordenadas del lugar y envía la información al equipo de rescate a cargo de esa área.
"Cuando estás pasando por una carretera encuentras a una persona durmiendo, temblando de frío, así que simplemente te bajas del coche y haces una foto. La app coge la foto y la envía a las agencias de rescate", explicó a Efe el ingeniero jefe de DUSIB, S.K. Mahajan.
El usuario también puede trasladar a los mendigos en su propio vehículo, con información sobre los albergues más cercanos a su ubicación, agregó el técnico.
Además, puede desde denunciar un servicio deficiente en un albergue hasta donar mantas para los centros.
La idea nació de una aplicación similar lanzada por otro departamento del Gobierno delhí para que la población denunciase la presencia de basura, pero se enfocó en dar solución a miles de personas que cada noche duermen al raso en la capital india.
Organizaciones humanitarias calculan que en la ciudad hay entre 100.000 y 150.000 personas sin hogar, aunque Mahajan señala que en los últimos tres años su departamento no ha sido capaz de contabilizar más de 16.000 en una misma noche de invierno.
Entre octubre y marzo, cerca de una veintena de equipos de rescate patrullan las calles cada noche entre las 22.00 y las 4.00 rescatando no sólo a los sintecho reportados a través de Rain Basera y llamadas telefónicas sino también a los que se encuentran a su paso.
Desde su puesta en marcha hace algo más de un año ya ha registrado casi 700 reportes de sintechos, de acuerdo con cifras de DUSIB.
El número de rescates exitosos es, no obstante, algo menor. Según Mahajan, entre el 20 y el 30 % de los vagabundos rechazan ser rescatados por miedo a que otros les quiten sus puestos de venta o a perder donaciones de mantas que luego cambiarían por dinero o drogas.
En el interior del refugio al que llega Verma, una docena de sintecho yacen esparcidos sobre tres alfombra rojas que recorren la estancia, dejando entre medias un estrecho pasillo a cuyo fondo un viejo televisor muestra escenas de una película de acción tan antigua como el propio aparato.
Entre ellos está, Ibli Hasan, quien insiste en que tiene 20 años, a pesar de que su rostro y su mirada perdida delatan al menos un par de décadas más.
Lo que no oculta es la soledad de aquellos que viven como él, aunque él dice que es el más veterano de todos con 60 noches en el centro a sus espaldas.
Trabaja como peón de carga en bodas y eventos por entre 400 y 600 rupias al día (entre 6 y 9 dólares) y vuelve a Uttar Pradesh, su región natal, cuando reúne suficiente dinero de un salario que, dice, necesita para comer y no para alquilar una habitación.
"La gente aquí cambia todo el rato, uno se va y otro viene. No estoy con nadie, aquí vivo solo", dijo.

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