Sicario muere de seis balazos
Sicario muere de seis balazos

Quien a hierro mata, a hierro muere. Esa fue la ley bajo la cual Antonio Saucedo Mendoza “Chino” cayó baleado la madrugada de ayer.
Saucedo y dos mujeres pararon un taxi en la cuadra 1 de Camino Real, cerca de las 5:30 de la mañana.
“A Canadá con Aviación”, le pidió el hombre al chofer Jorge Escudero Calahua.
Minutos antes, había estado bebiendo y bailando acompañado de las dos damas en la discoteca Spa Lounge Club, en San Isidro. 


Escudero arrancó el auto y se dirigió hacia la primera cuadra de la calle Santa Luisa, paralela a Camino Real.
De pronto, una camioneta negra los cerró. Dos sujetos encapuchados salieron del vehículo. Saucedo sabía lo que ocurriría e hizo que las dos mujeres que lo acompañaban se fueran. El chofer ya se arrastraba por la pista.
La víctima sacó su revólver Rossi calibre 32 de su alforja negra y cuando pretendía salir por la puerta del chofer, los sujetos le cayeron con todo. 


Según el vigilante de un edificio cercano, unas seis balas rompieron la tranquilidad del vecindario. Saucedo terminó con el cuerpo en el asiento y la cabeza en la pista. “¡Chino, mataron al chino!” gritó una de las mujeres.
Saucedo no era cualquier personaje. La policía informó que estaba vinculado a peligrosas bandas y al crimen de un expolicía. Él habría sido sicario del narco Fernando Zevallos, dice la policía.