¿Tu niño sufre de tartamudez? Sepa cómo tratarlo en la casa y el colegio
¿Tu niño sufre de tartamudez? Sepa cómo tratarlo en la casa y el colegio

Un problema de habla como la  puede generar frustración en la etapa escolar y en la vida diaria. Por esta razón, en el programa web del diario Ojo, “Ojo en Familia”, Cecilia Ching, docente de la Maestría de Psicología de  y Adolescentes con Problemas de Aprendizaje en la Universidad San Martín de Porres (USMP), exhortó, además de seguir el asesoramiento de un experto, aplicar las siguientes recomendaciones que pueden servir a padres y profesores.

ATENCIÓN A LAS PALABRAS 

Según la especialista, la repetición de las primeras sílabas es una de las principales señales para determinar si un niño tartamudea o no.

El alargamiento del sonido, los bloqueos en la dicción, las subidas de tono y volumen cuando el niño se esfuerza en pronunciar una palabra son otros síntomas recurrentes. En esta etapa, los padres necesitan poner mayor observación a los pequeños. 


1. Usar las técnicas: La respiración diafragmática (respiración profunda que llega al diafragma) es una ejercicio sencillo para practicar.

2. Modelo: Padres y educadores no deben hablar pausadamente y tampoco sin prisa. La idea es comunicarse con naturalidad para que el niño lo copie.

3. No interrumpir. El adulto debe dejar que el pequeño acabe las palabras.

4. Pensar primero. Se recomienda al niño que piense antes de hablar. El objetivo es articular bien.

APARATOS ELECTRÓNICOS DAÑAN LA VISIÓN

Según el doctor Miguel Zapatel, director de oftalmología pediátrica de la Clínica de Ojos Global Láser, en los primeros exámenes se mide la agudeza visual de los niños, lo que permite detectar o descartar la existencia de cualquier miopía, hipermetropía o astigmatismo.

Entre los principales consejos del médico advierte que los padres de familia deben estar alertas ante problemas de concentración, las posturas forzadas para leer, escribir o ver la televisión, el parpadeo muy frecuente, ojos enrojecidos, que pueden presentar los menores. “Esta capacidad la adquieren sobre los 10 u 11 años, una edad tardía para solucionar el problema de ojo vago”, explica Zapatel Vildoso.

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