El histórico líder comunista stalinista, Guennadi Ziuganov, ha denunciado que se han producido numerosas irregularidades.
El histórico líder comunista stalinista, Guennadi Ziuganov, ha denunciado que se han producido numerosas irregularidades.

El partido gobernante que lidera Vladímir Putin, Rusia Unida, ha revalidado su mayoría en la Duma rusa en las elecciones parlamentarias de este fin de semana, marcadas por la apatía, la represión de la oposición y plagada de denuncias de irregularidades por no decir fraude que, en este caso, sí tiene pruebas concretas y no se trata solo de especulaciones de perdedores.

La formación política a la que el presidente Vladímir Putin da su apoyo obtuvo un 45% de los votos, según los primeros resultados (32% de los sufragios contabilizados pasada la medianoche). El resultado, que coincide con los sondeos a pie de urna, supone una cómoda victoria para Rusia Unida, que sin embargo pierde apoyo: en las pasadas legislativas, en 2016, tuvo un 54%. Los primeros datos confirman un aumento de la oposición y una impresionante subida del Partido Comunista, la segunda fuerza más votada, que pasa del 13% al 21%, según las cifras de la Comisión Electoral.

Con el descontento social en auge por la situación económica y la pandemia, Putin, de 68 años, necesita una escena legislativa que apoye sin ninguna fisura sus políticas y que le garantice estabilidad hasta que termine su mandato, en 2024, y decida si se vuelve a postularse para dirigir el Kremlin, perpetuándose en el poder como le permite la reformada Constitución para su re-relección.

Con la popularidad de Rusia Unida bajo mínimos históricos (29%) y consciente de ello, el Kremlin no ha querido correr riesgos de perder la mayoría parlamentaria. Durante meses, las autoridades rusas han reprimido y acosado cualquier voz disidente, desde opositores hasta medios independientes u organizaciones civiles. La campaña ha estado plagada de trucos sucios, como candidatos clones para despistar a los electores y dividir el voto opositor, y de propaganda negra destinada a perjudicar a candidatos disidentes. Putin, formado en los principios de la Unión Soviética stalinista y represiva, usa la “mano dura”.

Tras encarcelar al destacado opositor Alexéi Navalni, que se recuperó de un intento de envenenamiento el año pasado tras el que la inteligencia occidental ve la mano del Kremlin, las autoridades han cargado contra sus organizaciones, ilegalizándolas y declarándolas extremistas, y contra sus aliados: en su mayoría exiliados por la presión o vetados para concurrir a los comicios.

En otra vuelta de tuerca en sus maniobras autoritarias, el Kremlin prohibió la aplicación digital de voto táctico ideada por el equipo de Navalni, ‘voto inteligente’, que recomienda aquellos candidatos con más opciones de derrotar a Rusia Unida, y ha logrado que Google, Apple y otros gigantes de Internet las bloqueen.

“Si Rusia Unida se las arregla [para ganar], nuestro país puede esperar otros cinco años de pobreza, cinco años de represión, cinco años perdidos”, dice el equipo de Navalni en su blog. Mientras, el Kremlin ha justificado las medidas represivas como necesarias para frustrar la “interferencia extranjera” en las elecciones.


Fraude electoral

Este domingo, el histórico líder comunista, Guennadi Ziuganov, ha denunciado que se han producido numerosas irregularidades en todo el país. “No queremos votos ajenos, pero tampoco cederemos los nuestros”, reclamó tras depositar su papeleta en un colegio electoral del centro de Moscú, acompañado por la plana mayor del partido en la región. “No descarto que todo esto dé lugar a protestas multitudinarias” añadió después en las redes sociales. “Estoy seguro de que la gente no tolerará una sustitución flagrante de su elección”, añadió el comunista stalinista.

Los sondeos daban una subida para el Partido Comunista, que ha endurecido su tono en los últimos tiempos, tratando de capitalizar el voto de protesta y que tiene esperanzas de crecer. Los primeros resultados del conteo de votos en el Lejano Oriente ruso, donde e descontento contra el Kremlin alumbró inéditas protestas el año pasado, daban inesperadas victorias a los comunistas y otros partidos opositores. Los comunistas son, además, los candidatos más recomendados para derrotar a Rusia Unida en el listado de ‘voto inteligente’ del equipo de Navalni. La formacion de Ziuganov ha sido la gran beneficiada del desgaste del partido del Kremlin.