El gobierno de China pudo cumplir con su promesa. Desde hoy abre el primero de los dos grandes hospitales que se han construido en la ciudad de Wuhan en apenas diez días para mitigar la crisis desatada por el nuevo coronavirus.
El Hospital Huoshenshan tiene capacidad para mil pacientes y será operado por mil 400 miembros del personal médico de las fuerzas armadas, según aprobó ayer el presidente chino, Xi Jinping.
El 2019-nCoV ha matado -hasta el cierre de edición- a 360 personas en territorio chino y ha infectado a unas 17,000, según el balance más reciente de la Comisión de Salud Pública de la provincia de Hubei.
Como parte de las medidas para intentar contener el coronavirus causante de una mortal neumonía, las autoridades determinaron que los muertos no podrán ser enterrados donde quieran sus familiares ni tampoco tener una ceremonia de despedida. El protocolo puesto en marcha ayer señala que “los restos deben ser incinerados”.
En tanto, el retorno de los trabajadores tras las vacaciones por el Nuevo Año será progresivo, pero los estudiantes universitarios y escolares tendrán que esperar un poco más ante el temor de un masivo contagio.
Por otro lado, el miedo por este virus es tal que muchas personas asesinaron a sus mascotas, como perros y gatos. La muerte de los animales respondería a las declaraciones falsas de un médico que dijo que “si las mascotas entran en contacto con pacientes sospechosos, deben ser puestos en cuarentena”.