calm two year child painting on paper with watercolor  in home
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Indudablemente los infantes constituyen uno de las poblaciones más vulnerables debido a la pandemia por . De acuerdo a Claudia Valdéz, licenciada tecnólogo médico en terapia del lenguaje del (Minsa), los meses de encierro han incrementado los problemas del habla en los más pequeños de casa. 

La especialista señala que las manifestaciones más comunes son la dificultad para articular sonidos, alteraciones en la fluencia del habla y problemas en la adquisición del lenguaje expresivo o comprensivo.

“El confinamiento ha generado que los niños que ya tenían una patología del lenguaje previa vean truncados sus avances. Asimismo, los que no sufrían de estos problemas se han visto limitados en su interacción social, lo que impacta negativamente en el incremento de su vocabulario y habilidades comunicativas”, afirma la especialista.

Asimismo, estas situaciones se han visto agravadas por el duelo familiar, casos de ansiedad, estrés y depresión en varios miembros de la familia. Estos factores solo empeoran más los trastornos de lenguaje.

“A eso le podemos sumar que muchos padres se ven en la necesidad de salir para generar sustento en el hogar, lo cual impide que puedan participar activamente en la estimulación del lenguaje en los niños, agrega Valdéz.

Por ello, los papás deben estar atentos a las señales de alerta que se presentan en niños de entre dos y siete años. Por lo general, estos se manifiestan cuando el niño a la edad de dos años casi no emite palabras, solo se comunica mediante gestos o no responde al llamado de su nombre.

Por otro lado, también es preocupante cuando los niños de tres años no comprenden las indicaciones, presentan repeticiones durante el habla y dificultad en la articulación de sonidos.

Otro grupo en riesgo con aquellos infantes que juegan demasiado tiempo solos o se aíslan de forma voluntaria y constante. Del mismo modo, los que hablan muy poco o cuando lo hacen no se les entiende.

Si desea prevenir o corregir estos inconvenientes, el brinda, a través de los 154 centros de salud mental comunitario, teleorientación para el menor y un tutor a cargo. “Esto nos permite asesorar y guiar a los padres para continuar con el proceso de intervención, de esta manera evitamos retrasos y seguimos potenciando las habilidades comunicativas de nuestros niños”, finalizó la experta.