Desde que se declaró la emergencia sanitaria en Perú por la COVID-19, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) ha extremado las medidas higiénicas en los 68 establecimientos penitenciarios, realizando más de 450 trabajos de desinfección permanente para eliminar y combatir el virus y así proteger la salud de trabajadores e internos.

Bajo la supervisión del personal asistencial se han ejecutado las jornadas de limpieza en todas las áreas administrativas, seguridad externa e interna y pabellones, así como cocinas, patios, pasadizos y talleres.

También se han establecido protocolos para la desinfección total de los paquetes autorizados por el INPE durante el estado de emergencia y que llevan los familiares para complementar la alimentación de los internos y la atención de salud, con alimentos no perecibles, medicinas y artículos de aseo.

Además, se han desinfectado otras dependencias penitenciarias como la carceleta de Lima, la base del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), la sede y el almacén de la Oficina Regional Lima.

Para ello, el INPE ha proporcionado útiles de aseo pertinentes para dar sostenibilidad a esta acción preventiva.

Es importante señalar que también se fumigan los penales bajo el cumplimiento de protocolos de seguridad y en función de las necesidades y características de cada centro penitenciario.

Cabe mencionar que la desinfección se suma a las medidas adoptadas por el INPE que están enmarcadas en el Plan de Acción Frente al Riesgo de Introducción de esta pandemia como toma de pruebas rápidas, vacunación contra influenza y neumococo, elaboración y adquisición de mascarillas, compra de equipos de bioseguridad y útiles de aseo, instalación de lavaderos, toma permanente de temperatura, charlas informativas, entre otras.

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