El delito de estafa es antiguo en el Perú y el mundo, y cada año las víctimas aumentan debido al avance de la tecnología, advierten autoridades policiales. Solo en lo que va del año, en el país hay hasta 11 principales modalidades de estafa que han perjudicado a 3456 peruanos (ver infografía), de acuerdo al Sistema de Denuncias Policiales.
Estos timadores, con una serie de engaños y trampas, lograron hacerse de cuantiosas sumas de dinero.
Recientemente, el Ministerio del Interior advirtió sobre tres de estas modalidades de estafa que inescrupulosos criminales vienen empleando para apropiarse del dinero o bienes de sus víctimas, a quienes inducen con engaños a caer en sus ingeniosas trampas.
La primera de ellas es la “llamada telefónica”, mediante la cual los estafadores se hacen pasar por funcionarios de entidades de administración tributaria para informar a sus víctimas sobre supuestos bonos económicos, beneficios tributarios o subsidios familiares.
En este caso, los delincuentes solicitan a la víctima un pago previo que permita agilizar o hacer efectivo el desembolso de este supuesto beneficio, o incluso borrar del sistema las deudas tributarias, órdenes de embargo o cobranzas coactivas que pudieran presentar.
OJO accedió al parte policial del ciudadano J.K.L.P (40 años), quien denunció hace un mes que pagó S/ 8 mil, por partes, a un supuesto funcionario de la Sunat para que le “eliminen del sistema una multa”. El caso salió a la luz porque el ciudadano intentó agredir a su estafador en plena vía pública.
“Pese a todos los casos reportados en medios de comunicación y redes sociales, estos se siguen repitiendo diariamente. Los estafadores se valen de la inexperiencia en asuntos de negocios de quienes logran captar y también de los puntos débiles de los sistemas de seguridad de instituciones públicas o privadas. También los ciudadanos deben ser conscientes que la compra de lo ilegal o pagos irregulares son malas acciones”, sostuvo el abogado penal Willian Solís.
La segunda modalidad es la del “falso courier” de una entidad bancaria, que sugiere a sus víctimas tramitar una nueva tarjeta de crédito y entregarle la anterior, con el cuento de la supuesta exoneración de los impuestos y membresías, propias de este producto financiero.
Otro método de engaño es el del “falso voucher”, mediante el cual un “empresario” contacta a su víctima, que puede ser comerciante o emprendedor, para comprarle mercadería. Utiliza cheques sin fondos, pero le muestra un comprobante de apariencia regular.