¡Cuidado con la llamada estafadora! Delincuentes son actores de primera
¡Cuidado con la llamada estafadora! Delincuentes son actores de primera

María Fernández es una empleada del hogar a quien en setiembre del año pasado un delincuente, haciéndose pasar por el hermano del dueño del departamento donde ella trabajaba, la llamó al teléfono fijo e hizo que le entregue dinero, joyas y una laptop, todo valorizado en 18 mil soles. Le aseguró que su hermano, el jefe de ella, había dado esa orden. El sujeto resultó que no era pariente del propietario del departamento ubicado en la cuadra tres de la avenida Buenavista, en San Borja, sino un delincuente. María había sido una víctima más de una conocida estafa.

El jefe de la  de San Borja-Surquillo, comandante PNP Olger Obando, precisó que en estos casos los delincuentes monitorean a sus víctimas a través de llamadas telefónicas. “Los estafadores, previamente, llaman a las casas, tras buscar en las guías telefónicas, y se contactan con las empleadas del hogar. Es usual que se hagan pasar por trabajadores de empresas de telefonía. Les preguntan sus nombres y los de sus patrones. Esa información es clave”, indicó.

Para el mayor PNP Raúl Portella, de la División de Investigación de Estafas y otras Defraudaciones de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), estos delincuentes también acopian información de las víctimas a través sus vecinos, conocidos o allegados. “Averiguan sus nombres y los bienes que tienen. Luego proceden a llamarlas por teléfono”, manifestó el oficial.

Los delincuentes suelen llamar unos días antes del golpe y pueden sonar muy convincentes, tanto así que la empleada o la víctima ni siquiera se atreve a sospechar que está a punto de convertirse en una víctima de estafa.

La razón, según deducción del comandante PNP Obando, es que no existe un adecuado diálogo entre las empleadas y los dueños de las casas, por lo que temen confirmar el pedido de los delincuentes de sacar los objetos de la vivienda.

“Para evitar ser víctima de este delito, en mi opinión, es fundamental el diálogo entre empleador y empleada. De esta forma, ambos estarán advertidos y sabrán cómo actuar en estos casos”, explicó Obando.

ACTORES. Además de las empleadas domésticas, otras personas vulnerables en estos casos son los adultos mayores y los niños. Los estafadores suelen hacerse pasar por familiares y los llaman para contarles que están detenidos en una comisaría por haber herido accidentalmente a una persona y que necesitan dinero para salir libres, por lo que les piden que realicen un depósito a determinada cuenta bancaria.

“Estos bandidos simulan llorar cuando hablan por teléfono. De esta forma, les tocan el corazón a sus víctimas y hacen que se preocupen por la situación de su familiar en problemas”, afirmó el comandante PNP.

MODALIDADES. Según la Policía, las modalidades de estafas por llamadas telefónicas están definidas por la identidad que asumen los delincuentes al otro lado de la línea.

Los timadores pueden hacerse pasar por el dueño de la casa o amigos de este para engañar a las empleadas domésticas. Además, pueden simular ser los parientes del propietario de la casa y tener un problema que necesita ser resuelto con urgencia, por lo que le piden al dueño de la casa que realice varios depósitos a una cuenta bancaria. En este último caso, otro ejemplo clásico es cuando el supuesto familiar llama porque tuvo un problema en Aduanas. “El falso pariente, que puede hacerse pasar por un sobrino, llama diciendo que acaba de llegar de viaje, procedente de Puno o Iquitos, y que ha tenido un problema en Aduanas. Asegura que le han retenido las mercancías que traía y pide que le presten dinero para liberar sus pertenencias”, recalcó el mayor PNP Portella.

Otra artimaña de los estafadores es hacerse pasar por el trabajador de una empresa de seguros que llama a casa para contactarse con el asegurado. Le garantiza que puede cobrar su seguro en el menor tiempo posible si es que realiza un depósito de dinero para agilizar su trámite, lo cual es falso.

Así, ante tan astutos delincuentes, ya nadie está a salvo de que los maleantes se aprovechen de la buena fe de las personas.

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