Qué tal.
Finalmente, la Comisión de Ética, de lamentables veredictos en ocasiones, aprobó el informe que recomienda suspender por 120 días, sin goce de haber, a la congresista keikista Yesenia Ponce, acusada de haber mentido en su hoja de vida sobre sus estudios escolares.
De nada le valieron las lágrimas de cocodrilo porque, además, la Secretaría Técnica también sugirió que el tema pase a la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales al advertirse la presunta comisión de delitos que podrían costarle su curul.
En tiempos de escándalo, reformas y pedidos de “que se vayan todos”, el Pleno haría bien en lavar la cara del Congreso y no blindar más a esta señora que ha osado mentirle al pueblo con un descaro de actriz.
Según la Secretaría Técnica, la legisladora ancashina actuó contra los principios de la honradez, veracidad, responsabilidad e integridad, adscritos tanto en el Código de Ética Parlamentaria como en el Reglamento del Congreso.
Todo está dicho, entonces. El desafuero y a estudiar a otra parte. O a llorar a la playa.
La gente necesita pruebas tangibles de que hemos aprendido la lección luego de los audios de la vergüenza, y esta es una extraordinaria oportunidad para refrendarlo.
Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.
Esto fue todo por hoy, guardo el lápiz, hasta mañana.
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