La pandemia por la COVID-19 ha perjudicado a empresarios de los diferentes rubros. Pero, la imaginación y fuerza, eran las únicas armas que tenían para salir adelante a pesar de las dificultades.

Así lo vienen demostrando miles de emprendedores, que no solo estuvieron a punto de perder sus negocios, sino también a sus familiares o colaboradores tras contagiarse de la COVID-19.

Los hermanos Pineda Rivero, dueños de la cevichería El Huarique del Pez, estuvieron a punto de quebrar debido a la pandemia. Uno de ellos se contagió de coronavirus por lo que la situación se puso aún más difícil. Díaz después, en medio del confinamiento, uno de sus colaboradores cayó enfermo y necesitaba un balón de oxígeno.

“Fueron momentos difíciles. Los primeros días de pandemia todo estaba cerrado, nuestros cuatro locales estaban paralizados, no había ingresos, pero aún así no dejamos solos a nuestros trabajadores”, contó Luis Pinedo.

Por esta razón, los dueños del Huarique del Pez, decidieron adquirir cuatro balones de oxígeno, uno para cada local y así apoyar a sus colabores. “Uno de nosotros es médico y también daba atención a ellos. Nunca los hemos dejado solos, esto es una medida de responsabilidad social. Velamos por la integridad de nuestros compañeros de trabajo”, acotó.

Somos la única empresa en todo Lima norte que ha implementado este sistema para sus trabajadores y nos sentimos orgullosos. Ellos se sienten agradecidos con nosotros porque nunca los hemos dejado solos.

Los hermanos señalaron que, cuando el Estado permitió la reapertura de los restaurantes, ayudaron a los mozos para que trabajen como motorizados y así no haya despidos.

El Huarique del Pez tiene 18 años en el mercado, cuenta con cuatro locales en dos en Los Olivos, uno en  Comas y otro en Carabayllo.  En estos locales no solo encontrará comida marina , sino también criolla.