Vivir con ansiedad es una realidad que muchos conocen, pero pocos entienden verdaderamente. La historia de Alessandra, una destacada estudiante de psicología que padece trastorno de ansiedad generalizada, es un relato honesto sobre el sufrimiento que esconde este trastorno pero, al mismo tiempo, es un claro ejemplo que demuestra que al final del túnel siempre te espera la luz.

Hoy es una popular bloguera, con casi 50 mil seguidores en Instagram, en su cuenta Estudiantecondx, un espacio que creó para impartir tips de estudio, productividad, motivación y, sobre todo, romper estigmas sobre la ansiedad. “Las redes sociales son una poderosa herramienta para concientizar a los estudiantes y que comprendan que tener problemas de salud mental no nos define, no nos limita ni nos invalida, sino que nos demuestra la capacidad que tenemos por seguir moviéndonos pese a las dificultades”, expresa.

RESURGIR. En marzo de este año Ale perdió a su padre, el hombre que la inspiraba día a día y con quien compartía el sueño de graduarse en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Poco tiempo después, fue diagnosticada con depresión y trastorno de ansiedad generalizada. “Algunas personas pensaban que yo no era ‘normal’, así que decidí crear mi propio espacio seguro”, nos cuenta. En su perfil encontrarás consejos para evitar un ataque de ansiedad en un examen, tips para organizar horarios de estudio, cómo evitar dejar las tareas a medias, entre otros.

HABLEMOS DE ANSIEDAD. Ale confiesa que, incluso, antes de la pandemia sabía que algo no estaba bien. No obstante, el fallecimiento de su papá fue el detonante que cambió su vida por completo. A partir de ese episodio, empezó a experimentar continuos ataques de pánico, taquicardias, angustia emocional, preocupación excesiva y dificultad para dormir. “Mi familia empezó a ver signos de alerta cuando yo empecé a vivir en mi cuarto. Mi mamá notó sintomatología tanto de ansiedad como de depresión y me llevó al psicólogo”, recuerda.

UNA NUEVA HISTORIA. Fueron meses de terapia, muchas lágrimas, pero también un camino de sanación. Gracias a su esfuerzo, así como al amor incondicional de su madre y de sus hermanos, el respaldo de sus amigos y el apoyo de su psicoterapeuta, Ale fue recuperando esa vitalidad que tanto añoraba. Ahora reconoce la importancia de comunicarse cuando se encuentra en una crisis. “Siempre va a haber alguien que te pueda ayudar”, asegura. Y aunque es consciente que convive con un trastorno que se presenta en cualquier momento, hoy cuenta con herramientas de autorregulación que le permiten llevar una vida normal. “Cuando digo que sufro de trastorno de ansiedad generalizada a algunos les doy pena, cuando no es triste. Tener ansiedad y avanzar es fortaleza”, concluye.

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