La columna del Director: Lo bueno, lo malo y lo feo
La columna del Director: Lo bueno, lo malo y lo feo

Los corruptos no merecen la confianza del pueblo y hay que expectorarlos del estado. Si quieren trabajar robando o ganarse la plata fácil que se vayan a una empresa privada a ver si los aguantan. Con el cuento de servir a la democracia se aprovechan del dinero del pueblo para llenarse los bolsillos a costa de las necesidades de los más pobres.

El pueblo está cansado de que todos los gobernantes terminen implicados y embarrados en graves casos de corrupción y lavados de activos como está ocurriendo con la pareja presidencial Ollanta Humala y Nadine Heredia. Y no solamente eso. Altos funcionarios y familiares, muy allegados al poder, están implicados en mafias y redes criminales. Esto no es nada bueno para la imagen del país.

El presidente electo Pedro Pablo Kuczynski fue muy enérgico en la campaña electoral al advertir en todas las plazas que les aplicaría la “muerte civil” y la imprescriptivilidad de los delitos para los funcionarios corruptos. Es decir, si se agarran un sol de la caja fiscal serían condenados a no trabajar nunca más en la administración pública. Castigo que tiene que aplicarlo desde el mismo 28 de julio y seguro que los mayores interesados en aprobar esa sanción serían los fujimoristas. Nadie que haya sido condenado por robarse la plata del pueblo puede volver a trabajar o hacer contratos con el estado.

Que no suceda lo que ocurrió con Humala, quien durante toda la campaña electoral se la pasó diciendo que iba a terminar con la corrupción y los primeros en rodearse de corruptos fueron él, su esposa, la famila y amigotes que fueron nombrados hasta embajadores en países claves como Francia y Venezuela, desde donde muy posiblemente venían los petrodólares de Hugo Chávez para financiar los gustos y gastos de quien luego se convirtiera en la “pareja presidencial”. Así lo ha determinado al fiscal Germán Juárez al hallar presuntos indicios de una red de corrupción tras los destapes de las agendas de Nadine.

PPK, con la experiencia de gobierno, la tiene bien clara cómo funciona la corrupción a nivel gubernamental. Su vicepresidente Martín Vizcarra también sabe cómo se mueven los corruptos a nivel regional por haber sido un eficiente gobernador de Moquegua. Y ni qué de decir de Mercedes Aráoz, quien ha sido ministra de estado y conoce de cerca lo bueno, lo malo y lo feo del poder.

En los tres casos se tiene la garantía de que estarán alerta para no dejarse sorprender por las mafias tipo Orellana, César Alvarez o Gerardo Viñas, quienes saquearon las arcas de las regiones de Ancash y Tumbes. Se sabe que en los últimos gobiernos, miles de millones han ido a parar a las cuentas de los corruptos. Esto lo ha denunciado y lo sabe la Contraloría General de la República. Allí están los nombres de los implicados y solo falta que los fiscales y jueces los manden a la cárcel.

Cuidado que la coima corre en las licitaciones y en las obras pequeñas donde no se necesita licitación. No hay que olvidar que existen malos funcionarios que son expertos en sacarle la vuelta a los candados que pone la ley. Ya se conoce que los mafiosos se han paseado por todas las regiones del Perú formando redes para apropiarse de los recursos del pueblo. Hay obras, como en Ica, que han sido paralizadas por malversación de fondos y trámites ilícitos detectados por la actual gobernación.

Eso es lo que tiene que hacer el nuevo gobierno de PPK. Decretar una inmediata revisión de las cuentas del república y las grandes obras en las que se han invertido miles de millones de soles. Y revisar también los gastos en los programas sociales porque muchos vivos están haciendo mal uso de la asistencia estatal que verdaderamente debería llegar a los más necesitados y no a los come echados de toda la vida. Hay que acabar con todo lo malo y rescatar lo poco de bueno que está dejando el polémico gobierno de la pareja Ollanta- Nadine.