La columna del Director: Violencia y salud pública
La columna del Director: Violencia y salud pública

Los últimos hechos de violencia contra la mujer llamados feminicidios no son más que el reflejo de una sociedad que tiene serios problemas de salud mental . Los crímenes y el maltrato a la mujer no es de ahora. Hace mucho tiempo que muchas parejas viven un infierno rodeadas de hijos y familiares que también siguen el mal ejemplo del insulto, la mala vida y la violencia.

Evidentemente, todo este maltrato que viven las familias se origina en el núcleo social y educativo donde el estado hace poco o nada por el cambio de mentalidad de hombres, mujeres, jóvenes y niños. Muchos están alterados, sicosiados, deprimidos o confundidos por hechos violentos y delincuenciales que suceden en su entorno como es el terrorismo, el narcotráfico, la injusticia, el abandono y la corrupción.

Sin duda que el estado tiene mucho que ver y como dice el director del Centro de Investigación Aplicada al Desarrollo(CIAD), Wilson Hernández, la violencia contra la mujer es un problema de salud pública, teniendo en cuenta que tres de cada diez de ellas son víctimas de maltrato psicológico. Lo peor es que últimamente se ha llegado al colmo de que cada mes, diez mujeres son víctimas de feminicidio. Acaban muertas o maltratadas hasta por jueces y fiscales cuya misión es defenderlas. Las tratan hasta de “menopáusicas”.

Se ha tenido que convocar a una masiva marcha "ni una menos" para llamar la atención de gobierno y opinión pública que prefiere estar pendiente de programas intrascendentes en la televisión antes de preocuparse por la salud física o mental de quienes están a su alrededor. Lamentablemente el Estado no tiene hospitales o centros médicos especializados para dar tratamiento o rehabilitar a pacientes discapacitados y menos para los que sufren de alguna enfermedad neurológica, psicológica, patológica o degenerativa.

Sin eso ocurre en lo que se refiere a infraestructura, menos se puede esperar en lo que atañe a la defensa o protección de la mujer, el joven o el niño que sufren un abandono total por los gobiernos de turno y que ha desembocado en una ola de violencia llamada feminicidio, violación de menores, ajustes de cuentas o sicariato.

Ahora todos se rasgan las vestiduras en busca de una solución que no será posible sino se cambia el chip de los políticos. jueces, maestros, policías y de toda la sociedad en su conjunto que tiene que revisar principios, valores y conductas desde la familia, el colegio, la iglesia, los municipios y los gobiernos que solo hacen promesas. ¿Por qué hay monstruos, feminicidas, sicarios, mafiosos o autoridades corruptas?.

Una dura tarea le espera a Pedro Pablo Kuczynski y el Congreso para evitar que el Perú caiga en manos de los delincuentes y corruptos. PPK es un hombre que tiene una buena formación y sabe lo que es alcanzar buenos logros y objetivos. Para eso tiene que garantizar un buen gobierno con el apoyo de todas las fuerzas políticas que le permitan alcanzar la “revolución social” que pregona en busca de un Perú seguro, moderno y con estabilidad democrática para erradicar todo lo malo y proyectarnos hacia un futuro prometedor con buena educación, salud, trabajo y bienestar para todos los peruanos. Mente sana en cuerpo sano sin demagogia ni falsas promesas.

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