En medio del constante cambio de y la falta de un plan efectivo de lucha contra la delincuencia, la inseguridad ciudadana mantiene en jaque a nuestra población y la actividad económica. Con constantes delitos e impunidad, los delincuentes mantienen en zozobra a la población, ya de por sí afectada por la crisis económica con alza de precios de alimentos y combustibles. La incapacidad del régimen de en el tema de la seguridad ha llevado incluso a que el Departamento de Estado de Estados Unidos recomiende a los estadounidenses “evitar los viajes (al Perú) debido a serios riesgos para la seguridad”. Eso daña al turismo receptivo, a las inversiones y a nuestra economía en general. Por eso, el nuevo ministro del Interior, en reemplazo del censurado Dimitri Senmache, tiene una tarea clave por delante. El país exige resultados y que no siga la improvisación en materia de seguridad. Un nuevo fracaso del Gobierno en el tema de seguridad será inaceptable.