El Nobel hispano-peruano Mario Vargas Llosa se convirtió este jueves en el primer escritor en español en ingresar a la Academia Francesa, la centenaria institución encargada de velar por la lengua de Molière, que rompe varias de sus propias tradiciones para acoger al autor de “Conversación en la Catedral”.
Vargas Llosa, fue recibido este jueves como nuevo miembro de la afamada academia, ocasión que aprovechó para agradecer a Francia la “paradoja” de que fuese esa nación la que le ayudó a sentirse “un escritor peruano y latinoamericano”.
”Gracias a Francia descubrí la otra cara de América Latina, los problemas comunes a todos sus países, la horrible herencia de los golpes militares y del subdesarrollo, la guerrilla y los sueños compartidos de liberación”, dijo en su discurso en la sede del Instituto Francés, vestido con el tradicional traje bordado con hojas de olivo.
En la lista de invitados del hispano-peruano se encuentran, además de sus familiares cercanos, el rey emérito español Juan Carlos I (que llegó en viaje privado este miércoles) y su hija la infanta Cristina, entre otros.
Elegido por los “Inmortales” (como se les conoce familiarmente) de la Academia en noviembre de 2021, el escritor hispanoperuano asume su sillón número 18 con 86 años de edad, una excepción a las reglas de la casa, que en principio solo admite a candidatos de menos de 75 años.
Pero Vargas Llosa es un francófilo declarado, autor de ensayos sobre la literatura francesa y rendido admirador de las novelas de Alexandre Dumas o Gustave Flaubert.
Sillón número 18
En un largo discurso, Vargas Llosa agradeció la oportunidad de ocupar el sillón número 18 de la institución y, siguiendo los cánones de la Academia, una parte de su alocución fue de “elogio” a su predecesor en el asiento, el filósofo Michel Serres, fallecido en 2019.
Asimismo, recordó cómo Gustave Flaubert y la literatura francesa le ayudaron a convertirse en el escritor que es.”La misma tarde de mi llegada a París, en 1959 como dije, compré un ejemplar de ‘Madame Bovary’ en La Joie de Lire (La alegría de leer), una librería que encontraba simpática”, rememoró.
Vargas Llosa recalcó que “la literatura tiene necesidad de libertad por existir” y terminó su discurso asegurando que la literatura del futuro será “lo que nosotros queramos”.
“¿Puede desaparecer? Sería posible, sin duda, pero un mundo sin soñadores sería pobre y de los tristes”, expresó.
Con información de AFP y EFE