La búsqueda del escurridizo continúa en el asentamiento humano Sol Naciente, en Comas, y la labor que realiza el personal del Servicio Nacional Forestal (Serfor) ha sido reforzada con drones.

“Run Run”, según contó su dueña Maribel Sotelo, fue vendido a su hijo en el Centro de Lima como si fuera un perro siberiano, hecho que revela una problemática mayor: el tráfico ilegal de fauna silvestre.

Jessica Gálvez Durand, directora de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), reveló a OJO que hay más de 300 especies amenazadas por este delito y cada año decomisan 5 mil especímenes (ejemplares de una especie), entre anfibios, reptiles, mamíferos y aves.

Los traficantes extraen la mayoría de estos animales de la Amazonía, sobre todo norte, que abarca a las regiones de Loreto y Ucayali, detalló la funcionaria, mientras que el principal destino es el extranjero.

“Cuando salen de la selva llegan a Lambayeque, que es un emporio comercial, y de allí van hacia Lima (porque tiene el aeropuerto) o al norte para llegar a Ecuador. Esas son las rutas que hemos identificado”, refirió.

Esta actividad ilegal, que involucra ganancias millonarias a costa del maltrato animal y mafias a nivel internacional, se ha ido adaptando y, hoy en día, la modalidad que impera es el tráfico virtual, denominado crimen cibernético o por redes sociales.

“Los motivos por los cuales se trafican animales son para tenerlos como mascota, usar su piel o colmillos, para brujería (chamanería), y su uso en industria biomédica”, anotó Gálvez Durand.

Crece venta de animales en el Centro Histórico de Lima: en el año rescataron a 149 animales e intervinieron a 25 personas

Según Serfor, entre el 2015 y 2020, ha incautado 32,101 especies que provenían del tráfico ilícito de fauna silvestre. Las especies más traficadas en el Perú son la rana del Titicaca (10,973), perico ala amarilla (6907), tortuga taricaya (3218) y botón de oro (891).

La funcionara anotó que los especímenes que son traficados tienen una mortalidad grande pues, por ejemplo, en el caso de primates de cada 10 que se extraen mueren 9, sobrevive 1 y ese es suficientemente valioso para estas mafias.

Este delito, dijo, pone en peligro la salud de las personas, que se exponen a enfermedades como la rabia e incluso virus como la del (SARS-CoV-2.).

“No es tema solo de las autoridades, sino también de la ciudadanía. El caso del zorro (Run Run) sirve para graficar el impacto del tráfico de animales que no solo afecta a la fauna silvestre, sino que pone peligro la salud e integridad de las personas porque ese animal no está vacunado contra la rabia, enfermedad mortal”, acotó.