Ministra de la Mujer: “La cadena de la violencia se inicia con un grito o un insulto”
Ministra de la Mujer: “La cadena de la violencia se inicia con un grito o un insulto”

Un 29% de mujeres decide denunciar a su agresor, pero ¿qué pasa con el resto? Para la titular del MIMP, , “un gran número no confía en las autoridades. Y si vemos, por ejemplo, jueces que negocian sentencias en casos de violencia sexual, como todos hemos sido testigos escuchando al juez Hinostroza negociar una sentencia en caso de violación sexual, ¿cómo vamos a confiar en autoridades así? Por eso es que la lucha contra la corrupción también abona a la lucha contra la violencia hacia la mujer, porque si tenemos jueces y juezas que tramitan los casos conforme a los criterios de protección a las víctimas y sancionan a los agresores, eso va a permitir que más mujeres confíen en el sistema y se atrevan a denunciar, porque muchas sienten que sus denuncias caen en saco roto y, por el contrario, se termina liberando a los agresores”, señala.

Acoso. Y sin embargo, tenemos casos de violencia, como el  protagonizado por autoridades que deberían velar por nosotros. Es por ello que la ministra de la Mujer condena estos repudiables actos. “Todo tipo de violencia debe ser denunciada, investigada y sancionada. Y si corresponde a autoridades que han cometido estos hechos deben ser sancionados con mayor rigurosidad. Recordemos que las autoridades representan a la población y son ejemplos a seguir; por tanto, estas sanciones deben ser ejemplares”, afirma.

Perfil. Si pensamos en una mujer que ha sufrido maltrato, ya sea físico o psicológico, ¿en quién nos imaginamos? Es un prejuicio creer que es un problema que solo afecta a mujeres de bajos recursos y sin educación. “Al principio se pensaba que se trataban de mujeres de estratos socioeconómicos bajos, lo cual es falso, porque cruza todos los estratos, pero también son las mujeres independientes y profesionales. Además, tiene que ver con patrones culturales de crianza, cómo estamos criando a nuestros hijos e hijas; porque si en casa vemos que quien domina es el padre a través de gritos y golpes, el niño crece para seguir ese patrón, y si eres mujer vas a tolerar y aguantar esa violencia. Entonces será fácil que esa mujer se relacione con una persona controladora y violenta. Por eso es importante romper el ciclo de reproducción intergeneracional de la violencia y trabajar desde la escuela, desde la familia con valores de igualdad y respeto, porque es la única forma de que, a futuro, tengamos ciudadanos y ciudadanas que se respeten, porque la violencia que tenemos en la casa se extrapola a otros espacios”, indica.

Cambio. Pero, ¿cómo cambiar esta realidad? Ana María Mendieta afirma que “la única forma de cortar la violencia es con educación, pero es un trabajo a mediano y largo plazo. Para los casos de violencia, la denuncia es importante porque el  es el último eslabón de esta cadena de violencia que se inicia con un grito o un insulto, y se va incrementando. La violencia no disminuye si no se le pone fin, si no se empiezan procesos de tratamiento, de cambio, de reaccionar y darse cuenta de esas actitudes violentas. Eso es lo que tenemos que trabajar, y por eso es importante denunciar”.

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