Los proyectiles de un calibre de 155 milímetros son los más solicitados.
Los proyectiles de un calibre de 155 milímetros son los más solicitados.

Los aliados occidentales se van quedando sin proyectiles, bombas y obuses para seguir aprovisionando de manera permanente a Ucrania en su lucha por frenar el avance de los invasores de Rusia que desde hace casi un año, liderados por Vladimir , iniciaron a sangre y fuego su para apoderarse del país.

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Tan grande es la necesidad de contar con, que los almacenes occidentales han quedado en algunos países sin qué entregar a los ucranianos.

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Necesidad de armamento

El ejército ucranio dispara unos 5000 proyectiles diarios para impedir el avance enemigo: un ritmo insostenible a largo plazo, que ha dejado bajo mínimos los arsenales de Occidente, incapaz de encontrar una solución rápida.

Tras la aprobación hace unas semanas del envío de carros de combate, y en pleno debate sobre la posible entrega de cazas, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, reconoció hace unos días lo que muchos analistas alertaban desde hace meses: el ejército ucranio necesita munición de artillería urgentemente y los aliados ya no tienen dónde buscarla.


Confesión de parte

Ucrania consume munición a un ritmo mucho mayor al que somos capaces de producirla. Y esto genera una gran presión para nuestras industrias armamentísticas”, declaró el noruego en Bruselas.

Este sábado, Ursula von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, recogió el guante durante su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich: planteó una iniciativa a escala europea que, a través de un esquema planificado de compras conjuntas, facilite la expansión de la capacidad de producción industrial.


Prioridad

Al mismo tiempo que los países occidentales tratan de acelerar el envío de nuevo armamento a Kiev, buscan cómo reponer unos arsenales que han quedado bajo mínimos. “Se ha reaccionado muy tarde. Los planes para aumentar la producción deberían estar en marcha desde hace meses”, sostiene Moshes Arkady, director del programa de Rusia y Eurasia en el Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales.

Se necesita más proyectiles de un calibre de 155 milímetros.
Se necesita más proyectiles de un calibre de 155 milímetros.

La prioridad para los aliados es la fabricación de proyectiles de un calibre de 155 milímetros, el estándar de la OTAN. Stoltenberg reconoció que los encargos de este tipo de armamento que se realicen ahora tardarán aproximadamente dos años y medio en estar listos. Algunos miembros de la Alianza han donado tanto material a Ucrania que, por ejemplo, Dinamarca ya no tiene ningún cañón de artillería de fabricación francesa Caesar, y en los arsenales de Estonia no queda un solo obús de 155 milímetros.


Elevar la producción

El Pentágono ha asignado aproximadamente US$ 3000 millones solo para comprar municiones en el extranjero de los aliados y aumentar la producción en casa. Parte de ese dinero se destinará a producir lo que se ha convertido en un elemento básico de la guerra: proyectiles de artillería de 155 milímetros.

El Ejército está planeando un aumento del 500% en la producción de proyectiles de artillería, de 15,000 al mes a 70,000, según el jefe de adquisiciones del Ejército, Doug Bush. Gran parte de ese aumento lo cubrirá la planta de Scranton, que produce una gran parte del suministro de proyectiles de artillería del país.


Situación complicada

En Estados Unidos las fábricas de municiones están aumentando la producción lo más rápido posible. Una planta de Lockheed Martin en Camden, Arkansas, está produciendo una serie de cohetes y misiles, incluidos los utilizados por el sistema de misiles Patriot del Ejército, todos los cuales tienen una gran demanda en Ucrania. Bush, del Ejército, dijo a los periodistas en enero que el Ejército estaba levantando una nueva planta en Garland, Texas, para fabricar proyectiles de artillería, mientras que una planta existente se está ampliando en Middletown, Iowa, que carga, empaca y ensambla proyectiles de 155 milímetros.


Misiles antitanque Javelin

Bush le dijo a CNN que el Ejército tiene la intención de duplicar la producción de misiles antitanque Javelin, fabricar aproximadamente un 33 % más de misiles tierra-tierra de alcance medio de Sistemas de Cohetes de Lanzamiento Múltiple Guiado (GMLRS) al año, y producir cada mes un mínimo de 60 misiles antiaéreos Stinger, que “casi no estaban en producción”, según Bush.

Los misiles Stinger y Javelin son algunas de las municiones más críticas y en las que confía Ucrania para frustrar los avances terrestres y los ataques aéreos de Rusia, quien previamente le dijo a EE.UU. que necesita 500 de cada uno por día.

“Nos dimos cuenta de que realmente teníamos que poner el pie en el suelo”, dijo Bush.


Una carrera contra el tiempo

A medida que la guerra en Ucrania llega a su segundo año, EE.UU. y sus aliados se enfrentan a un grave problema: Ucrania está quemando municiones más rápido de lo que EE.UU. y la OTAN pueden producirlas.

El tema de la disminución de los suministros de municiones estuvo al frente y al centro durante una reunión crucial en Bruselas esta semana. Los miembros del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania, una alianza de 54 países que apoyan la defensa de Ucrania, hablaron abiertamente sobre los desafíos de continuar manteniendo el ejército de Ucrania bien abastecido.

De hecho, según Bush, Estados Unidos tardará entre 12 y 18 meses en alcanzar su tasa de producción “máxima” de 70,000 proyectiles de artillería al mes.


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