Sabiduría  del Valle Sagrado
Sabiduría del Valle Sagrado

En las provincias cusqueñas de Urubamba y Calca, a 3, 600 msnm, se encuentran ocho comunidades organizadas para brindar al visitante una experiencia inolvidable a través de sus milenarias costumbres. La Tierra de los Yachaqs agrupa a 360 familias quechuahablantes que decidieron constituirse como asociación para brindar servicios turísticos de tipo rural comunitario. Por ejemplo, pastoreo de llamas, alpacas y ovejas o talleres de cerámica o apicultura.

PERSONAJES. Estas comunidades se denominan “ayllus” porque comparten una serie de costumbres ancestrales como las ceremonias de pago a la tierra, con las cuales agradecen a las fuerzas naturales por los beneficios que reciben. En esta ceremonia participan tres personajes representativos: el varayoc, que simboliza a la mayor autoridad del pueblo; el pututero, encargado de soplar el pututo (instrumento andino de viento); y el maestro de pagos a la tierra, que actúa como intermediario entre el mundo espiritual y material.

ACTIVIDADES. El recorrido a través de la Tierra de Yachaqs empieza a una hora de la ciudad del Cusco. En las partes altas del Valle Sagrado, los más aventureros pueden disfrutar del paisaje y de atractivos naturales como la catarata de Perolniyoc o las canteras de Cachiccata. También es propicio hacer ‘trekking’ en los caminos incas que llevaban hacia el Antisuyo. Cada ayllu tiene lugares de hospedaje y comedores para ofrecer lo mejor de su gastronomía.

EMPRENDIMIENTO. Los beneficios que se generan se reparten entre todos. El proyecto es financiado por la fundación CODESPA y la Unión Europea desde el 2007. Javier Bendezú, representante en Perú y Bolivia de la Fundación CODESPA, asegura que la asociación tiene dos objetivos: revalorar el patrimonio de las comunidades y mejorar sus ingresos económicos. “Tiene doble impacto porque mejora la economía y rompe barreras culturales, y ayuda a revalorizar estas costumbres”, señala.

EMPRENDIMIENTO. Los beneficios que se generan se reparten entre todos. El proyecto es financiado por la fundación CODESPA y la Unión Europea desde el 2007. Javier Bendezú, representante en Perú y Bolivia de la Fundación CODESPA, asegura que la asociación tiene dos objetivos: revalorar el patrimonio de las comunidades y mejorar sus ingresos económicos. “Tiene doble impacto porque mejora la economía y rompe barreras culturales, y ayuda a revalorizar estas costumbres”, señala.