Ilustración: Bruno García
Ilustración: Bruno García

Don Juan

La gente no sabe que son más los taxistas informales que los empadronados. Somos cien mil los taxistas que estamos debidamente inscritos, con todas las de la ley, en el padrón oficial de la Gerencia de Transporte Urbano de la Municipalidad de Lima. Recuerdo cuando era alcaldesa la tía Susana, todos los taxistas hicimos los papeleos y nos empadronamos. Terminó Susana el 2014 y terminó también el padrón, que ahora ha vuelto a abrirse de nuevo para la respectiva inscripción.

Hoy que las fiestas de fin de año están encima, es interesante reflexionar que circulan, aproximadamente, 120 mil taxistas informales que se ganan la vida taxeando sin permiso en Lima. Yo no soy de echar dedo a nadie, pero es bueno decir las cosas como son: taxear sin licencia es una falta más o menos grave, por la que se paga, según el tarifario, más de dos mil soles de multa. Sin embargo, la informalidad continúa y se agrava en estas fiestas.

Aplicativo de identidad

Y aquí viene la polémica navideña. Estando las cosas como están, ¿se debe prohibir a los padres de familia a que taxeen para poder llevarle un panetón más a su mesa? Me parece que no, porque la cosa está brava para todos. Pero hay un tema en que siempre nos tenemos que fijar: la seguridad en medio del peligro que representa, actualmente, vivir en Lima.

Actualmente, el viajero puede constatar, en su celular, si el taxi o el taxista que le hace la carrera es formal y seguro. El aplicativo se llama “Taxi MML” y con la placa ya sabes si el taxista es firme o bamba. Allí sale mi nombre, porque yo soy uno de los 109 mil taxistas “oficiales” que brindamos seguridad al pasajero. Es más, si cometemos alguna falta, una descortesía, una burrada vial, el pasajero puede quejarse a la Gerencia de Transportes que nos ha afiliado.

Seguridad

Somos 109 mil los taxistas de Lima con documentos al día, con experiencia, con brevetes en forma, rastreados, registrados y todos angelitos. Hemos pintado nuestros carritos de amarillo y observamos todas las reglas, tanto de tránsito como de urbanidad. Yo respondo por nosotros, los empadronados. Claro, taxistas buenos y honestos hay en todos los sistemas. Incluso, entre los informales debe haber santos varones con buena caña, además de honestidad.

Pero la inseguridad campea, lectores. En estas fiestas hay delincuentes en las calles apuntando a la grati ajena, pero también otros disfrazados de choferes aguardando a que subas. Cuidado, damitas, con subir a cualquier auto, especialmente en la noche. En realidad, la vida es como una lotería, uno nunca sabe cuándo le va a tocar. Por eso, hoy más que antes, la seguridad no tiene precio. Así que no le pidan a Papa Noel tontería y media. Pidan salud y seguridad, nada más.


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