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Por: Magaly Moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Úrsula (27 años, San Luis). Doctora, hace unas semanas asistí a una reunión de promoción luego de estar 10 años sin ver a ninguno de mis compañeros. Al estar ahí entre ellos, volví a sentirme como una niña enamorada. Habían invitado al chico que me gustaba en la secundaria.

Sonrojada y nerviosa, mis amigas me comenzaron a fastidiar al punto que llegué a estar a su lado por arte de magia. No recuerdo cómo cruce la pista de baile, pero cuando lo vi, solo quería huir. Con 27 años, una persona debe guardar la compostura, pero en esos momentos olvidé todas las buenas costumbres. Seguramente mis amigas pensaron que estando a su lado la conversación sería espontánea y natural, pero para mi mala suerte sucedió todo lo contrario.

Antes de que este chico me salude, salí huyendo con dirección al baño. Al notar que me estaba demorando, mis amigas fueron a buscarme al baño. Yo estaba sin hacer nada, solo pensaba en el papelón de mi vida. Cuando abrí la puerta, varios compañeros esperaban saber qué me pasaba. Más sonrojada aún, fui sorprendida por mi amor platónico. Él me abrazó y pronunció lo siguiente: “Ursulita, nunca cambies”.

Recordé que él fue mi mejor amigo en la secundaria hasta que yo le confesé que me gustaba. En ese momento, nuestra relación se rompió porque él tenía enamorada. Ahora sé que es padre soltero. Yo deseo lo mejor para él y creo que las vibras positivas son mutuas. Quizás el amor platónico solo es eso: algo bonito que no se puede concretar.

OJO CONSEJO:

Querida, el amor es un sentimiento de a dos. Si quieres cultivar su amistad, olvídate de eso y toma las cosas en serio. Disfruta tu soltería y ya llegará el amor.

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