Magaly Moro

Isabel (26 años, San Miguel). Señora Moro, convivir con Samuel durante la cuarentena ha sido muy estresante para mí. Primero, porque estoy acostumbrada a disfrutar de mi tiempo sola, y segundo porque he descubierto un aspecto de él que me desagrada por completo. Hace algunos días desperté en medio de la madrugada y lo encontré en la computadora en una actitud sospechosa. Al inicio pensé que se encontraba avanzando algo de su trabajo, pero al acercarme me di cuenta que estaba viendo pornografía. Él se mostró muy avergonzado y rápidamente me pidió disculpas, apagó la pantalla y se fue a dormir. Yo no supe cómo reaccionar, también fue humillante para mí y hasta ahora no puedo olvidar lo sucedido. Por curiosidad empecé a revisar su historial de búsqueda desde su laptop y me di cuenta de que Samuel hace eso todas las noches. Espera que me quede dormida y sigilosamente sale de la habitación para ver esa clase de contenido a escondidas. ¿Qué se supone que piense de eso? Para mí es una señal clara de que ya no me desea como antes y que prefiere ver a otras mujeres. Me siento muy decepcionada y, a su vez, enojada porque también siento esta acción como una infidelidad. Es más, cuando le reclamé terminó enojándose conmigo. Según él, es normal en los hombres ver películas XXX; además, me dijo que yo debería respetar su privacidad. Señora Magaly, ¿qué se supone que haga? Obviamente no quiero que Samuel vea a otras mujeres por internet. Ayúdeme, por favor.

Ojo al consejo

Estimada Isabel, no le reclames directamente porque eso solo hará que él continúe escondiendo su afición como antes lo hacía. En cambio, ten un diálogo abierto con él. Bríndale tu confianza y pregúntale por qué lo hace y cómo tú puedes ayudarlo con eso. Sean completamente honestos. Si es un punto fuerte de discordia, busquen ayuda profesional.

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