Magaly Moro

Michael (30 años, Breña). Doctora,  quisiera pedirle su ayuda, estoy muy confundido. Soy un tatuador de profesión que llegó desde Cajamarca a Lima, para cumplir sus sueños y ser el mejor en las tintas. Hace casi dos años conocí a una mujer llamada Leyla, ella llegó al local en donde trabajaba en Miraflores para hacerse un tatuaje. Desde que la vi me volvió loco con sus ojos color café y su amplia sonrisa. Conversamos mucho y me atreví a invitarle un jugo. Congeniamos tan bien que empezamos a coquetear. Al principio todo fue muy bonito, la ternura de Leyla fue calando en mi corazón. Sentí que estaba enamorado. No exagero con contarle que ya me imaginaba una vida con ella. No obstante, de un día a otro, Leyla sin ninguna explicación término conmigo y desapareció.

Por este suceso sufrí mucho y tuve muchos problemas en mi trabajo. Los tatuajes que realizaba perdieron mucha calidad a tal punto que mi jefe amenazó con botarme del estudio. Cuando ya estaba a punto de olvidarla, volvió y me pidió retomar nuestra relación, yo acepté porque la amo. Le pregunté por qué desapareció y no ha querido darme razones; para serle sincero, no quiero que diga cosas que puedan herirme. Sin embargo, algo dentro de mi me dice que en cualquier momento pueda irse otra vez y tengo miedo de volver a sufrir. Quizás por eso trato de que no tenga contacto con mis familiares, para que no se encariñen con ella. Sé que no es correcto tener un romance bajo esos términos, pero tampoco quiero dejarla.  Necesito su ayuda, doctora.

Ojo al consejo

Querido Michael, tú mismo lo has escrito, no puedes vivir un romance con miedo a que en algún momento va a terminar. Eso no es sano. Tienes que valorarte más. Ten presente que el amor verdadero te da seguridad y confianza. Habla con Leyla y manifiesta tus temores, si no se compromete tanto como tú en la relación, déjala ir y sigue tu camino. Suerte.