Él es casado, pero lo amo
Él es casado, pero lo amo

Por:

magalymoro@grupoepensa.pe

Catalina (45 años, San Juan de Lurigancho). Doctora, me encuentro en una encrucijada.

Hace dos meses comencé a trabajar en una microempresa en Miraflores como secretaria. El puesto ofrecía una buena paga, así que acepté sin pensarlo. Cuando empecé mis labores, el jefe estaba de vacaciones, pero el personal de recursos humanos me brindó un amable recibimiento. Lo primero que hice al llegar fue poner todo en orden hasta el regreso de mi superior, que se dio en un par días después de mi ingreso.

Cuando lo conocí, me quedé conmovida por su extrema belleza. Es un hombre que causaría suspiros a cualquiera. Creí que, desde mi posición, solo podría contemplarlo sin intentar acercarme, pero para mi sorpresa fue él quien tomó la iniciativa.

Poco a poco empezamos a hablar, luego fuimos a reuniones de trabajo y hasta a un viaje al exterior para realizar contratos de negocio. La última vez que viajamos, él se fue a una fiesta en la que bebió demasiado y lo ayudé a regresar al hotel. Mientras subíamos las escaleras, él se me acercó y me besó. El resto es historia. Estuvimos juntos toda la noche y él me repetía que por mí sería capaz de dejarlo todo. Esa noche fui inmensamente feliz. Sin embargo, a la mañana siguiente, mientras recogía nuestras prendas de vestir del suelo, cayó de su bolsillo un anillo y así descubrí que estaba casado. No podía creerlo, me había entregado a él por completo, me había convertido en la amante. No le dije nada, pero mi distanciamiento ha sido notorio. ¿Qué hago, doctora? No quiero ser la otra, pero siento que lo amo.

OJO CONSEJO:

HAY MÁS...