Magaly Moro

Genaro (26 años, Lince). Doctora Magaly, soy un fiel lector de su sección y me da gusto haber tomado el valor para escribirle. Tengo una relación desde inicios del 2018 con Luana, una chica noble y de gran corazón.

Durante los casi dos años de relación hemos tenido momentos altos y bajos, pero siempre nuestro amor ha superado todos los obstáculos. Sin embargo, hay una cualidad en ella que me estresa cada vez más: es muy indecisa.

Cuando salimos por las tardes los fines de semana a comer, siempre es un dilema porque no sabe qué pedir. Al comienzo lo tomaba como “ay, qué linda, mi amor”, pensaba que era una especie de engreimiento, pero cada vez la situación se pone más intensa porque ni siquiera me deja escoger, siempre quiere ser ella la que elige. No tendría problemas si no fuera porque se demora horas y eso termina por agotarme, debido a que en ocasiones por cuestión de tiempo no almuerzo en el trabajo y solo espero la cena para comer con ella en un ambiente tranquilo.

Doctora, su lentitud en este aspecto me saca de mis casillas, a veces viene con la idea de querer comer pollo a la brasa, pero basta que vea una imagen de otro plato en sus redes sociales para que entre en una disyuntiva e inicie el problema de siempre.

Necesito su ayuda, ya no sé cómo manifestarle mi fastidio, porque parece no entender o, peor aún, lo toma a la broma y se ríe cuando empiezo a elevar la voz pidiendo una respuesta inmediata de lo que se le antoja. ¿Qué hago, doctora?

Ojo al consejo

Genaro, de repente ella no ha logrado entender la magnitud de su comportamiento. Lo mejor es que intentes plantearle la situación como si fueras tú el indeciso, haz un juego de roles en otros aspectos de la relación para que Luana entienda realmente por lo que pasas cuando se ven. Recuerda, la comunicación hará que tu relación sea próspera.