Estoy siendo infiel y me siento mal
Estoy siendo infiel y me siento mal

Por:

magalymoro@grupoepensa.pe

Raquel (45 años, San Juan de Miraflores). Doctora, sé que lo que hice estuvo mal, pero yo no habría tenido necesidad de ver a otro hombre si Santiago, mi marido, se hubiese esforzado en nuestro matrimonio. Es verdad eso que, después de casarte, si no hay una verdadera entrega, las cosas van perdiendo interés poco a poco hasta que el amor muere.

Cuando me casé con Santiago, yo tenía 30 años y él 35. Nos propusimos hacer de nuestro matrimonio uno de los pilares de nuestra felicidad, pero en algún momento perdimos este objetivo. Trabajamos solo para pagar las cuentas de los bancos y ahorrar para hacer lo que más nos gusta: viajar. El día en que cumplimos quince años de casados, me di cuenta que habían pasado 4 años desde nuestro último viaje, que Santiago había subido 10 kilos de peso, yo había perdido también mi figura, teníamos intimidad rara vez y nos gustaba más estar en nuestros trabajos o con los amigos que juntos en casa. Cuando intentaba mostrarle algún detalle sensual, él solo atinaba a decirme que estaba cansado. Fue entonces que quise recuperar mi figura y reconquistar a mi marido. Fui al gimnasio y ahí conocí a Juan, mi instructor. Con el pasar de los días me gustaba más estar en aquel lugar que en mi casa, y no solo era porque eliminaba el estrés y hacía ejercicio, sino porque podía conversar y ver a Juan. Fue un día que no recuerdo cuando nos besamos por accidente al momento de despedirnos. Sentí que una chispa se prendió y lo demás ya no puedo contarlo. Doctora, Santiago no sabe nada de esto y me siento mal. ¿Qué me aconseja hacer?

OJO CONSEJO:

Querida, recuerda que la razón por la que te metiste al gimnasio fue para salvar tu relación. Arregla las cosas con tu marido. El amor lo puede todo. Suerte.

LEER MÁS:

HAY MÁS...