Magaly Moro

Braulio (31 años, Chorrillos). Doctora Moro, estoy realmente cansado de todas las modas que salen año tras año. No entiendo porque todas las personas tienen que hacer lo mismo. Sabiendo mi postura ante las tendencias, le comento mi historia.

Tengo una relación con Martina, una mujer maravillosa de corazón noble y trabajadora. Siempre hemos coincidido en casi todo y en las cosas que no, respetábamos la opinión del otro.

Sin embargo, hay algo de ella que no puedo tolerar y que recién he conocido a raíz de la pandemia. Desde que llegó el virus al Perú, Martina se descargó TikTok para distraerse. En los primeros meses solo entraba ocasionalmente, pero mientras avanzaba las semanas se animaba poco a poco a hacer vídeos.

Sin darse cuenta, sus seguidores empezaron a subir y pasó de tener 26 a 12 mil solo por hacer un sketch de Federica de la “Familia Peluche”. A finales de noviembre, ya no existía un momento tranquilo en nuestros encuentros porque siempre estaba grabando. Me decía constantemente que grabe un video con ella, pero no aceptaba porque siempre he pensado que esa aplicación es solo para mujeres. No obstante, ella me hizo una broma, la subió y ganó 7 mil seguidores en 24 horas. Eso la emocionó. Ahora está desesperada para que yo me cree una cuenta y podamos grabar. Doctora, yo no quiero, no voy a poner en riesgo mi virilidad. Eso de bailar o actuar no es para “machos”. La amo, pero no seré la burla de nadie. ¿Qué hago?

Ojo al consejo

Estimado Braulio, primero tengo que decir que la virilidad no se define por la red social que utilizas. Estás muy equivocado. Además, el arte de bailar y cantar es universal. No es de hombre ni de mujer, es para todos. Con respecto a tu consulta, nadie puede obligarte a hacer algo que no quieres. Si te sientes presionado, díselo. Los problemas siempre se solucionan hablando.