La perdí por los videojuegos

Por: Magaly Moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Fernando (24 años, Magdalena). Doctora, me apena mucho contarle que hace unas semanas mi enamorada terminó la relación porque yo le dedicaba muchas horas a mi PlayStation 4. Para ser honesto, no es la única consola que tenía en mi casa, también poseo una Xbox One, un Nintendo Wii y no descarto tener otras que están próximas a lanzarse. De no estar conviviendo con mi novia, nada de esto hubiese pasado. “Eres un adicto a los videojuegos”, me gritó Astrid la noche antes de irse de la casa.

Teníamos viviendo medio año juntos, pero no soportó más que no la ayudara con tareas básicas del hogar, como cocinar, limpiar, etc. Cuando ella llegaba de trabajar por las tardes, yo estaba tan ensimismado con unos juegos de terror que casi siempre me sorprendía cuando la veía. Esto la exasperaba demasiado.

Todo se desmoronó cuando usé parte de nuestros ahorros para tener un departamento propio en la compra de muchos juegos de antaño. Astrid no cedió ante mis disculpas o mis ruegos; y esa noche no pude dormir tranquilo y me sentí muy culpable. Fue ahí cuando entendí, doctora, que debía enfrentar una decisión muy complicada: si seguir como un gamer o hacer de todo por mi prometida, buscarla, pedirle perdón… Pero había tanto tiempo libre que caí de nuevo en los avatares y la realidad virtual. Cada día lo disfrutaba mucho más y me olvidé por completo de Astrid, pero en las noches me sentía muy mal por ser tan ingrato con ella. Ahora que ya pasó casi un mes, he decidido que es tiempo de recuperar su amor, pero tengo miedo de que me rechace. ¿Qué debo hacer?

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