Magaly Moro

Alonso (29 años, San Juan de Miraflores). Señora Magaly, estoy segurísimo que mi enamorada leerá todo esto tarde o temprano. Por eso mismo, espero que usted pueda iluminar a Paula con sus sabios consejos o, al menos, hacerla entrar en razón.

Mi chica siempre ha pensado que la posición de las estrellas y la alineación de los planetas determinan quiénes somos y nuestro destino. Por supuesto, yo no soy partidario de la astrología porque me parece ridícula y sin base científica, pero en su momento no me parecía mal que ella se entretuviera leyendo horóscopos.

El problema es que ahora se deja influenciar fácilmente y piensa que las predicciones son 100% reales. Por ejemplo, la vez pasada leyó que los del signo Capricornio se sentirían atraídos físicamente por una persona nueva e interesante que llegaría a sus vidas. ¿Ya adivinó qué signo soy, doctora? No sabe el pleito que me hizo por eso. “Tú eres capricornio y, según las cartas, le echarás ojo a otra chica. ¿Quieres que lo nuestro se termine?”, me reclamó muy enojada.

Pero no solo eso. Cada vez que conocemos a alguien, Pau suele preguntarles cuál es su signo. Si son del signo Escorpio, Sagitario o Aries, les deja de hablar porque supuestamente los Cáncer no se llevan bien con ellos. Le confieso que su actitud me da vergüenza ajena. Ya he hablado con ella sobre esto, pero Paula está convencida que esta crisis de pareja se debe a nuestras diferencias zodiacales.

¿Qué puedo hacer, señora Moro? Ayúdeme a salvar nuestra relación antes que sea demasiado tarde. Espero su respuesta.

Ojo al consejo

Estimado Alonso, sé que tú no crees en el poder de los astros y, aunque yo no pienso lo mismo, entiendo tu punto de vista. Además, te doy toda la razón: Paula necesita ayuda urgente. Su inofensivo hobby se ha convertido en una obsesión que puede destruir su relación.

Te aconsejo que la animes a acudir a un psicólogo para entender el porqué de su conducta.