Le encantan las fiestas chicha
Le encantan las fiestas chicha

MAURO (44, Comas). Hace un año comencé a salir con Leila, una mujer divorciada y con un hijo a la que conocí en una fiesta y llamó mi atención por su alegría y porque le encanta bailar tanto como a mí. Intercambiamos teléfonos y al cabo de un mes saliendo como amigos entablamos una relación sentimental. Le dije que me gustaba, que quería salir con ella y que el tiempo diría si el romance podía prolongarse a una convivencia o simplemente a una relación de amigos cariñosos. Ella aceptó la relación de esa manera, así que comenzamos con buen pie. Si bien me gustan las fiestas, tomarme unos tragos y bailar, tampoco soy de salir todos los fines de semana ni ir a discotecas continuamente. Y como Leila tiene casi mi edad, pensé que sería igual que yo, pero al cabo de seis meses juntos me di cuenta que era más divertida de lo que pensaba. A ella le encanta salir todos los fines de semana y deja a su hijo encargado con su hermana o su mamá. Cuando ya nos teníamos más confianza, me dijo para ir a una de esas fiestas chicha de la Carretera Central. Yo acepté ir y me llevé tremenda sorpresa, pues corre el licor a chorros y Leila terminó hecha una uva. Desde esa vez quiere ir todos los fines de semana a esas fiestas, pero como yo no quiero, Leila decidió ir sola y casi todos los sábados se va a los locales de la Carretera Central donde toma licor y baila casi hasta el amanecer. En más de una ocasión le he dicho que no me gusta que se emborrache, pero me dice que no puedo reclamarle nada porque ni siquiera vivimos juntos. La verdad es que me he enamorado de Leila, pero no sé si me conviene seguir con ella, pues no me gusta que salga todos los fines de semana y se preocupe poco de su hijo.