Le gustan los lugares prohibidos
Le gustan los lugares prohibidos

Por:

magalymoro@grupoepensa.pe

Mauricio (30 años, San Martín de Porres). Tal vez mi historia pueda parecer poco creíble; pero, doctora, le juro que nunca he ido con mi pareja a un hotel. En mis anteriores relaciones, acudir a este lugar era cosa de rutina. Era divertido ducharnos juntos y quedarnos viendo una película después de intimar; sin embargo, desde que estoy con Zoraya, no hemos pisado un solo hostal por nada del mundo.

Hemos tenido sexo en la sala, en su cuarto, en el baño de un bus interprovincial, en un cine de mala muerte y hasta en la escalera de emergencia del edificio donde vive.

Nuestros encuentros se dan de forma casual; nunca los planificamos y la pasamos de maravilla, no lo voy a negar. No obstante, extraño la tranquilidad de hacerlo en un lugar privado, tener el tiempo para disfrutar de nosotros, sin el apuro o la adrenalina de saber que en cualquier momento podrían descubrirnos.

Zoraya me ha dicho que le encanta hacerlo en lugares prohibidos, que le aburre ir a un hotel y no le encuentra sentido pagar cuando lo podemos hacer gratis en estos espacios

Señora Moro, acabo de cumplir 30; ella tiene 23. Quiero creer que su forma de pensar se debe a su juventud, pero me estoy cansando de todo esto. Creo que debería tener una relación seria, que signifique más que simple adrenalina por sexo en lugares prohibidos. Pero de pronto reflexiono y comprendo que si no fuera por este detalle, mi relación con Zoraya sería estupenda. Doctora, ¿debería terminar o espero a que las cosas mejoren? Aconséjeme, por favor.

OJO CONSEJO:

Mauricio, lo más sincero sería que hables con ella. Encuentren una solución en la que ambos estén contentos. Por el amor, se pueden lograr cosas inimaginables. Suerte. 

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