Lo mío es un amor prohibido: "Tiene una esposa y si la gente se entera, mi reputación quedará por los suelos"
Lo mío es un amor prohibido: "Tiene una esposa y si la gente se entera, mi reputación quedará por los suelos"

Magaly Moro

magalymoro@grupoepensa.pe

Ximena (39 años, Villa El Salvador). Doctora, me he traicionado a mí misma. No sé cómo sucedió, pero de pronto soy la otra.

Alberto y yo nos conocimos en una reunión familiar. Él tiene una esposa y un hijo en camino. Nunca imaginé que me pasaría esto y mucho menos con alguien prohibido. Desde que lo vi por primera vez, pude percibir un ambiente romántico. Aunque al principio creí que eran ideas mías, con el pasar de los días comprobé que había algo especial.

Alberto me miraba de manera distinta; encontré un brillo en sus ojos que no vi antes en nadie. Sin embargo, intenté alejarme. Me mudé a otro barrio, porque sentía que mi atracción por él era incontrolable. Pasaron algunos días y creí que todo estaba mejor, que la emoción que me generaba se desvanecía. No obstante, la semana pasada lo volví a ver en una fiesta. Había ido solo. Su esposa, con 8 meses y medio de gestación, no pudo acompañarlo.

Apenas noté su presencia, pensé en irme; aunque luego reflexioné y me dije que tenía que afrontar la situación, así que me quedé. Al cabo de unas horas, estábamos besándonos como si no existiera un mañana.

Cuando me di cuenta de lo que pasaba, me espanté; me sentí perdida y me fui. Sin embargo, desde ese día he tenido deseos muy intensos que no puedo controlar. He pensado en vivir esta emoción y luego alejarme, pero hay demasiado en juego. Tiene una esposa y si la gente se entera, mi reputación quedará por los suelos. Le he dado mil vueltas al asunto y no sé qué decisión tomar. ¿Qué hago, doctora Magaly?

Ojo, consejo

Ximena, lo que sientes es placer y no amor. Debes despejar tu mente para decidir con la razón y no con la emoción. Como dices, tienes mucho que perder. Reflexiona. 

Ojo, consejo

Ximena, lo que sientes es placer y no amor. Debes despejar tu mente para decidir con la razón y no con la emoción. Como dices, tienes mucho que perder. Reflexiona. 

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