Magaly Moro

Sandra (27 años, Independencia). Doctora Magaly, mi conviviente tiene una hermana mayor que se llama Alessandra. Ella parece la mujer perfecta, es amorosa con la familia, trabajadora y exitosa. Todo lo hace bien. En los casi 6 años que tengo de relación con Edwin jamás me ha contado algún error que haya cometido su hermana. No habría ningún problema con eso si es que mi pareja no la tomara como referencia para todo. Si falta dinero en la casa me dice: “cómo nos pasa esto, si a Ale le alcanza. Seguro tú no te organizas bien” o si le digo que estoy cansada para atender a los niños, él siempre me responde: “Ale jamás se queja de atender a mis sobrinos y eso que ella trabaja”.

La última vez que discutí con mi pareja fue porque no escogí un regalo ideal para su mamá. Lo que sucede es que la familia se iba a reunir después de 5 meses y Edwin junto a sus hermanos quedaron en llevarle un presente a su madre. Como él estaba ocupado me encargó comprarlo. Al llegar el día yo llevé un florero sencillo pero bonito. Se lo entregué a mi suegra y sonrió con desagrado diciendo: “Edwin, ¿no sabe Sandra que soy alérgica a las flores?, ¿para qué me traen esto?”. Fue un momento muy incómodo.

Después, Alessandra se acercó a su mamá y le entregó un set de artículos para tejer. Todos se emocionaron porque el hobby de la señora es hacer bufandas, y yo quedé como una estúpida. Al llegar a casa, Edwin me gritó porque no pude darle un regalo adecuado a su madre y nuevamente me comparó con su hermana. Estoy harta de esa situación, ¿qué hago?

Ojo al consejo

Sandra, es normal que las personas busquen en sus parejas el reflejo de algún familiar a quien admiran, en este caso su hermana es el referente de mujer que Edwin tiene. Quizás te compara sin darse cuenta, lo mejor será que le comuniques cómo te sientes cada vez que lo hace.  Hazle entender que tienes tu propia forma de ser, con virtudes y defectos. Suerte.