Magaly Moro

Olinda (29 años, Chorrillos). Doctora Magaly, me estoy volviendo loca con lo que siento. Estoy en una relación con Luis desde hace 4 años. Tenemos un romance muy puro, son pocas las veces que discutimos. Hace tres semanas, Luis me pidió matrimonio, acepté y en una reunión muy pequeña le comunicamos a nuestros padres acerca de nuestra unión. Durante esta cena conocí a Juan Carlos, el padre de mi novio, ya que él siempre había estado de viaje en Colombia y regresó justo antes de que se cerraran las fronteras. Recuerdo haberlo visto por fotos o videos familiares que tiene mi pareja, pero jamás me percaté de su físico. Esa noche, cuando todos se levantaron para hacer el brindis, me di cuenta de los enormes brazos que tiene. Intenté no mirarle los pectorales, pero fue imposible. Doctora, este hombre maduro de 55 años tiene todo en su lugar. Hasta entonces solo fue una admiración hacia su cuerpo, pero mientras transcurrían las horas, lo conocía más y me iba gustando su forma de ser. Tan elocuente, divertido y simpático. Sabía tanto y siempre tuvo temas de conversación. Es un hombre encantador. Desde ese momento no dejo de pensar en él. Sé que es un poco extraño, pero algo dentro de mí brinca cada vez que el señor me manda un mensaje de voz o me llama para preguntar cómo está su hijo. Tengo miedo que este gusto vaya incrementando con los días y termine propiciando algo. Necesito que me oriente para no cometer un error. ¿Qué hago, señora Moro?

Ojo al consejo

Estimada Olinda, lo que ha pasado es que te has deslumbrado por este hombre mayor lleno de experiencia y anécdotas. Mantén la calma y razona, ¿realmente quieres tirar tu relación al tacho solo por una atracción física?

Te recomiendo que te alejes del señor para que no te confundas más. Si el gusto incrementa, es momento de replantear tu compromiso con tu pareja.