Mi esposo aún es socialista
Mi esposo aún es socialista

Por:

magalymoro@grupoepensa.pe

Silvana (Breña, 43 años). Doctora, le escribo urgentemente porque mi marido aún conserva viejas ilusiones. A Ponciano lo conozco de nuestros años universitarios. El encanto tardío de las revoluciones nos hizo pensar que el socialismo y una distribución equitativa de los bienes era la fórmula indicada para nuestro país. Pese a que nunca nos afiliamos a ningún partido, siempre simpatizamos con estas ideas. Cuando llegó el terrorismo, ambos nos horrorizamos de lo que podía llegar a ser una alternativa mal interpretada y llevada a sus límites.

El punto es que, poco después de ello, nos casamos y juramos botar todas aquellas locas ideas de juventud cuando nos enfrentamos con una realidad que nos superaba. Ponciano dejó las clases de materialismo dialéctico que infiltraba siempre entre sus alumnos de colegio y me prometió no volver a frecuentar a sus compañeros. Algunos de ellos todavía purgan condena en algún penal.

Fueron años tranquilos, pero hace unos días descubrí paseando por el Centro de Lima que, de entre la multitud que se aglomera siempre en la Plaza San Martín, se oía una voz conocida. En medio de un grupo de señores y señoras vi a lo lejos a Ponciano moviendo sus manos con una energía que no le había visto en mucho tiempo.

Lo comprendí de inmediato y no necesité acercarme mucho para entender que su pasión había retornado. Imagino que se debía sentir muy vivo recordando la vigencia que nunca tuvo el socialismo y olvidando el rotundo fracaso que fue. Doctora, ¿qué debo hacer?

OJO CONSEJO:

Estimada Silvana, debes conversar seriamente con él, ya que es un tema delicado. Si no comprende, tendrás que ser más drástica. Suerte.

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