Magaly Moro

Rodrigo (26 años, Surquillo). Doctora Magaly, ayúdeme, por favor. Necesito su acertado consejo.

Estoy a punto de terminar con mi novia, Julia, con quien tengo más de cinco años de relación.

Le cuento lo que pasó hace dos semanas atrás. Resulta que decidí dar el siguiente paso. En medio de una cena romántica en mi departamento, le pedí a Julia que sea mi esposa. Para ello, como es costumbre, compré un anillo de compromiso que, siendo sincero, me costó mucho dinero. Al fin y al cabo, el precio no era importante, pues yo solo quería ver feliz a mi novia.

Ella toda llorosa y muy emocionada, tras recibir el aro, aceptó mi propuesta de matrimonio.

Julia estuvo luciendo la joya varios días en su dedo. Se la veía muy dichosa. Sin embargo, el último fin de semana la noté muy nerviosa. Le pregunté qué le pasaba y me confesó algo terrible: había vendido el anillo de compromiso que le di.

Para mí fue un golpe brutal esa noticia. Le pregunté por qué lo había hecho, y me dijo que necesitaba dinero con urgencia para pagarse sus estudios de inglés y computación.

Dijo sentirse apenada por lo sucedido, pero que no tenía otra opción. Me pidió que la entienda y perdone.

Me cuesta creer que mi novia, a quien amo con todo mi ser, haya vendido ese objeto que era un símbolo de nuestro amor. No puedo comprenderla ni perdonarla, doctora. Creo que nunca debió vender el anillo por más que necesitara plata. Hay cosas que son sagradas. ¿Qué me aconseja, señora Moro? Estoy sumamente dolido con mi enamorada.



TAGS RELACIONADOS