casos del corazón
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MAGALY MORO

Germán (45 años, San Juan de Lurigancho). Doctora, me siento muy ansioso. No sé cómo lidiar con mi actual situación amorosa. Desde hace 8 años, Mariela y yo comenzamos a vivir juntos, todo ha sido una experiencia muy agradable. Pese a nuestras diferencias, ella y yo hemos sabido entender y comprender que eso no es problema para amarnos. Todo era de ensueño, la verdad. Sin embargo, eso cambió después de que su amiga se casara hace dos semanas. Aquel día, ella muy emocionada atrapó el bouquet y me dijo: “Creo que es momento del compromiso”, a lo que yo respondí con una sonrisa forzada.

¿Por qué se le tuvo que ocurrir que tenemos que casarnos? Doctora, yo la amo, pero no veo necesario que tengamos que hacer una ceremonia gritando que nos amamos, ¿por qué si así estamos felices?. Cuando le expresé mi forma de pensar respecto al matrimonio, ella se puso muy triste y me dijo que un hombre enamorado haría cualquier cosa por su pareja, incluso casarse. He pensado en esas palabras y creo se equivoca. El amor no puede ni debe ser condicionado, yo no la amo menos porque no sea mi esposa. Al fin y al cabo son solo títulos, papeles que no logran sostener el inmenso amor que siento por ella. No sé qué hacer, señora Moro, ¿debo casarme solo porque así lo dice el resto? Además, el matrimonio es también un gasto, un lujo que pueden darse solo algunos. Pienso que en vez de hacer esa ceremonia frívola, deberíamos irnos de viaje, comprarnos un departamento, invertir ese dinero en algo productivo. ¿Qué me aconseja?

Ojo al consejo

Estimado Germán, si estás seguro de que Mariela es el amor de tu vida, conversa con ella para que puedan llegar a un consenso. Recuerda que no es necesario hacer una gran fiesta y que podrían hacer una ceremonia que los haga sentir felices a ambos. Existen diversas opciones que pueden considerar, pero sobre todo no permitan que el amor se dañe por esta diferencia. Suerte.

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