Magaly Moro |

María Alessandra (27 años, San Martín de Porres). Doctora Magaly, me estoy volviendo loca, no sé cómo afrontar lo que estoy sintiendo.

Hace dos meses, mi enamorado, con quien llevo un año de relación, me invitó a almorzar a su casa para conocer a su familia. La invitación quedó pendiente desde que iniciamos nuestro romance, pero por la pandemia la fuimos postergando. Sin embargo, el día llegó y como era de esperarse yo estaba muy nerviosa. Mateo me había comentado que su padre era muy estricto y que las enamoradas de sus hermanos siempre se asustaban cuando lo veían por su potente voz y gran porte.

Me armé de valor y con torta helada en mano, toqué la puerta de la casa. Pasaron 5 minutos, aproximadamente, y me abrió un señor alto, musculoso y con unos ojos hermosos de color miel. Doctora, le juro que me quedé atónita, no sabía qué decir, lo único que hacía era mover la mano sin sentido.

El señor, confundido y con una sonrisa amable, me preguntó si yo era María Alessandra. Justo cuando iba a contestar, apareció Mateo y me hizo pasar. El señor Vasco me pareció atento, muy diferente a lo que me había dicho su hijo. Esa noche no pude dejar de verlo, me encantó: su voz, su cuerpo, todo. Desde ese momento, no veo de la misma forma a mi pareja, siento que es muy niño e inmaduro. Tan diferente a su progenitor.

Sé que está mal, pero no sé cómo controlarlo, necesito su ayuda. ¿Debo terminar con mi chico y alejarme de esa familia o lo afronto? ¡Ayuda!

Ojo al consejo

Querida María Alessandra, tú sabes lo que tienes que hacer. Claramente, debes alejarte, no solo de tu pareja, sino también de toda esa familia para la tranquilidad de todos. Solo ponte a pensar un poco, ¿qué pasaría si tus impulsos te ganan y te involucras con tu suegro? Sería muy desastroso para la familia de Mateo y para ti también. Ten cuidado y cuida tu corazón. Suerte.

TAGS RELACIONADOS